Como herramienta de gestión para optimizar la eficiencia en el uso de recursos públicos y privados, para todos los sectores productivos, se hace fundamental diseñar políticas que puedan ahorrar, dinero, tiempo y lograr economías de escala.
Sector público: Esta política es fundamental para simplificar la construcción, el mantenimiento, reparaciones, compras de mobiliarios, equipamientos, señaléticas, colores, dimensiones y medidas por módulos y bloques que facilitan la construcción de edificios públicos (hospitales, escuelas, oficinas de administración y servicios, etc.,).
Se complementa con las políticas públicas de operación y gestión para la prestación de servicios a la comunidad, los cuales, estandarizados, facilitan el entrenamiento, réplica y expansión de los mismos, dimensionándolos de acuerdo al tamaño de la población y zona de influencia a los que están orientados.
Sector privado: Facilita la complementariedad y sinergia para estandarizar la producción con calidad de exportación y eficiencia, que facilita el control y logística para el mercado interno y de exportación.
La estandarización de la mano de obra vs. la producción industrial se enfrentan porque compiten entre la personalización de los productos y servicios, con la eliminación de la mano de obra por la máquina.
Ahora los desafíos son mayores, porque los clientes son más sensibles a las percepciones y están muy bien informados, gracias a los buscadores (“googlelización”), pasando del crossumer (cruce de información + consumidor) o producto/servicio estandarizado industrial, vendido directamente al cliente vs. el prosumer (productos+consumidor) o producto/servicio elaborado en parte por el propio consumidor, ejemplo: Caso muy aplicado al turismo (hoteles, transportes, paseos, espectáculos, etc.), donde buscan abaratar costos, volviéndose competidores, al buscar abastecerse a sí mismos, tomando los elaborados que les interesan y rediseñan los productos o servicios de acuerdo a sus reales necesidades.
Como podemos apreciar, el reto de la estandarización, tanto en el sector público y privado, es clave para controlar los costos de producción y no perder de vista que a los clientes también se les debe ofrecer la opción de personalizar sus productos y servicios con la diferenciación de precios de venta competitivos y ventajas competitivas diferenciadas sostenibles (VCDS).