Nos acercamos a un período electoral en un tiempo inusual, la decisión del presidente Lasso de apelar al recurso de la muerte cruzada, ha determinado que todo el proceso se acelere, una convocatoria rápida, una campaña veloz, que hará que los candidatos tengan que recurrir a estrategias novedosas y de impacto y, finalmente, una votación que esperemos sea meditada y congruente con lo que el país necesita.
Si apelamos a la agilidad de la juventud, a lo direccionada que debe estar, sabemos que mucha de la responsabilidad en estas elecciones va a recaer sobre sus espaldas. Por ello es tan necesario apelar al voto consciente de los más jóvenes, inclusive de los muy jóvenes, los votantes de 16 y de 17 años, a quienes la Constitución del 2008 faculta para hacerlo, y que deben pensar en su futuro, el que tienen en sus manos a través de las decisiones que deben tomar.
Son los jóvenes los más sensibles ante temas cruciales como el cambio climático, el futuro de la humanidad, el saber que no tenemos un “planeta B”; pero también los más jóvenes son los que enfrentarán los desafíos que nos plantea el destino del planeta en el hoy y en el mañana, los que tendrán que esforzarse por conseguir educación de calidad, un empleo digno, un sistema de seguridad social sustentable.
Por todo ello pensamos en que el futuro está en manos de los jóvenes, al menos, en este caso, el futuro del Ecuador depositado en las urnas en las que se elegirá a Presidente y Vicepresidente de la República, pero también a los asambleístas, a quienes tienen en sus manos la delicada tarea de legislar y fiscalizar ya que entre sus atribuciones no está el tramitar obras o gestionar empleos.
Si vemos que en las ofertas de campaña los futuros asambleístas hablan de estos temas, con seguridad debemos dudar de sus intenciones y su desempeño a la hora de ser elegidos, por lo que no deberían gozar de la confianza de nuestro voto.
Animo a los ciudadanos ecuatorianos, pero especialmente a los jóvenes, a no evadir el participar en el proceso electoral, en hacerlo a consciencia, mirando y examinando las ejecutorias de quienes se acercan a pedir su voto, a no dejarse engañar y a votar pensando en el bien del país y también de cada uno de los ecuatorianos que dependerá en mucho de lo que las autoridades elegidas puedan hacer.