En uno de sus discursos del presidente Guillermo Lasso, tuvo una elocuencia de la reforma inmediata de la Ley de Educación Superior (LOES), para tener universidades libres en el Ecuador. La intervención del gobierno debe ser menos en la administración de las instituciones de educación superior e independientes.
Las reformas, hace hincapié en la autonomía universitaria y que puedan estos centros de educación superior, bajo esta figura, tengan la oportunidad de estudiar la carrera que los estudiantes elijan, y no estén supeditados a lo que diga el gobierno. La eliminación del requisito, que pase por la Senescyt para el ingreso a la universidad tiene sus días contados.
En efecto, los hechos sucedidos el 29 de mayo de 1969, por la lucha de ingreso a las universidades, protagonizadas por los estudiantes secundarios y universitarios del Ecuador. La lucha consistió en la abolición de la discriminación, elitización de clase y el examen de acceso para las universidades públicas del pueblo.
Por lo tanto, el presidente Guillermo Lasso, exhortó a convocar de 73 rectores universidades y escuelas politécnicas públicas y privadas, para entablar diálogos sobre la educación superior de las oportunidades. En el año 2020, fueron 173 mil estudiantes, que postularon por un cupo y tan solo accedieron 113 mil jóvenes, quedando afuera el 40% de postulantes.
A esto se suma, el poco apoyo e incentivo a la educación dual y técnica, que sufre una supuesta desconfianza en la calidad educativa, por las administraciones pasadas. La mayor parte de estudiantes prefieren acceder a las universidades por prestigio social y reconocimiento académico, en este sentido cuatro de cada diez jóvenes avanzan hasta los institutos tecnológicos.
En conclusión, el sistema educativo del Ecuador, debe marchar al ritmo de la evolución, en el desafío de preparar nuevas generaciones. La administración central y el control estatal son cada vez más agresivos, uno de ellos la oportunidad de estudiar la carrera que quieran.