La quema del monigote o año viejo simboliza dejar atrás las dificultades y problemas del año que termina y con el brindis de año nuevo se espera sea mejor. En el artículo de diciembre del año pasado ‘2015: tiempos difíciles’, anticipé el escenario. En 2016 también se prevé continúen las dificultades económicas.
El 2015 estuvo marcado por la caída de los precios de los commodities (principalmente petróleo), la apreciación del dólar, devaluación de las monedas latinoamericanas, restricción de liquidez, etc. que provocaron un déficit comercial, aumento del fiscal y disminución del nivel de actividad económica. Las principales medidas para enfrentar estos shocks externos fueron las salvaguardias, recorte del presupuesto del Estado, eliminación de subsidios a combustibles y endeudamiento. La dependencia de exportaciones de bienes primarios frenó el crecimiento que, en 2015, sería cercano a cero.
A pesar de que la caída del precio del crudo provocó reducción de liquidez, el Gobierno cumplió. Se mantuvo la política social. O con el pago de los Bonos Global, de sueldos y decimotercer sueldo de empleados públicos, pero dejó en espera a constructores, hospitales, etc. El financiamiento externo posibilitó liquidez.
El FMI proyecta, para 2016, crecimiento mundial de alrededor de 3%, pero seguiría el debilitamiento del comercio mundial, la apreciación del dólar, precio de los commodities y del petróleo, etc. En 2016, varios eventos influenciarán la economía positivamente, como la entrada en operación de centrales hidroeléctricas, la vigencia en el segundo semestre del acuerdo comercial con la UE, aumento de inversión en petróleo y minería, etc.
Impactarán el pago a la Oxy, la vigencia del aumento de la tasa de interés en EE.UU., levantamiento gradual de las salvaguardias, caída de las exportaciones primarias y del petróleo, el fenómeno El Niño, etc.
Continuará el déficit comercial, presionado por la eliminación de las salvaguardias, y el déficit fiscal oscilaría alrededor del 3,5%. El aumento de la tasa de interés de consumo, en un punto, disminuiría la demanda de estos bienes. La menor inversión pública puede parcialmente compensarse por los acuerdos de inversión. La ley de alianza público-privada podría contribuir a incentivar inversiones, así como la iniciación de la minería industrial. El nivel de actividad económica sería bajo y el empleo se resentirá, a tal punto que la Cepal pronostica un crecimiento de 0,3% y el FMI de 0,1%.
Con el fenómeno El Niño y el año electoral, los inversionistas se tornan más cautelosos y aplazan decisiones, afectando negativamente la economía. Habría incertidumbre por la ley de tierras, el segundo paquete de enmiendas, la reforma a la seguridad social, tributo a herencia, etc.
Seguirán los tiempos difíciles. Queda el consuelo de que Emelec ganó el tricampeonato, resultado de una buena gerencia, estrategia y tácticas, decisiones adecuadas y apoyo de sus hinchas. Este equipo del Astillero da una lección a los políticos y gobernantes. Fortaleza, esperanza y fe en el nuevo año. (O)