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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

La economía derrota al chavismo

11 de diciembre de 2015

La derrota del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fue contundente. La opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) logró mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Los resultados se proclamaron y el oficialismo los aceptó, como debe ser. Lo cual deja sin piso al discurso del fraude, repetido mil veces por la oposición que utiliza ese argumento cada vez que pierde.

Esta derrota modificará sustancialmente la estructura del llamado ‘chavismo’ y, sin duda, incidirá en el Ejecutivo. A tal punto que no debe extrañarnos incluso un referéndum revocatorio para el presidente Maduro. El mandatario Hugo Chávez lo ganó, pero será muy difícil que Maduro lo haga.

Como bien dijo Capriles, la oposición no ganó las elecciones, las ganó la severa crisis económica que somete a los venezolanos a un sacrificio cotidiano que es ya insoportable. Y ese quizá es el mayor error del oficialismo, la incapacidad para modificar un modelo económico que, luego de 17 años, resulta inaceptable. Crisis provocada por elementos externos, un precio del petróleo de 35 dólares; una guerra económica interna que se refleja en las enormes colas para adquirir productos básicos; y en una inflación que destruye todo lo que toca.

“Son 17 años con su respectivo desgaste y sus errores. En política los milagros no existen. Si la base material económico-social no lo soporta, entonces, el relato y la épica resultan insuficientes. La economía real quedó sometida y avasallada por la economía ociosa e improductiva”, afirma Alfredo Serrano Mancilla. Y tiene razón. Y, por supuesto, el sector productivo privado venezolano jamás contribuyó a superar esas dificultades; por el contrario, las ahondó.

¿Pero estos resultados tendrán repercusión en Ecuador? Por supuesto que sí. De entrada dará un gran impulso a la oposición, incluso con recursos financieros. Si no, recordemos que lo primero que hizo Jaime Nebot fue reunirse, vía Skype, con la opositora María Corina Machado. Segundo, impulsará también una mesa de unidad en búsqueda de un candidato único de consenso.

Por todo esto, para Alianza PAIS no será tan fácil la próxima campaña, tal y como afirma el presidente Correa. Sin duda hay un desgaste. El discurso de “el pasado no volverá”, no es tan cierto. El presente y el futuro son más determinantes. Las enmiendas tienen un costo político, y si hay un nuevo paquete, será aún más alto. El 85% de los ecuatorianos desconoce el contenido de las enmiendas. Pero ese mismo porcentaje está en desacuerdo en la forma en que se aprobaron.

Ese costo político será aún más alto si se vuelve a enviar los proyectos de herencias y plusvalía. El tema no está en que afecta a menos del 2% de la población; está en que afecta al sentido aspiracional de todos los ecuatorianos. Sentido aspiracional fomentado por el mismo Gobierno, a través del discurso del Buen Vivir.

Para Ecuador, 2016 será un año económicamente complejo. Y ya vemos que esas dificultades económicas -con agentes externos e internos, y amplificados por medios de comunicación privados- son el gran caldo de cultivo que es capaz -incluso- de ganar elecciones. (O)

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