En días pasados la comunidad fue sorprendida con la divulgación de un video, en el que aparecen alumnas uniformadas de un colegio nacional bailando reggaetón (perreo) con alumnos de otro colegio nacional. Filmado en una casa de la ciudadela Bellavista en el mes de febrero, celebrando el fin de los exámenes supletorios.
Cuatro alumnas fueron expulsadas y diez suspendidas por dos semanas. Con los estudiantes se abrió una investigación. Las autoridades educativas levantaron la sanción, ignorándose quién grabó y publicó el video.
El “perreo” es un baile inmoral, tanto por el contenido de sus letras como los movimientos eróticos que impulsa.
Conociendo los antecedentes, podemos dar un criterio al respecto.
Tanto el baile como la canción y su letra son expresiones culturales del actual sistema socio-económico capitalista, el mismo que, siguiendo las políticas de ajustes estructurales impuestas por el FMI y el BM, no solo ha intensificado en las últimas décadas el empobrecimiento de millones de seres humanos, sino que la clase hegemónica ha impuesto los valores morales. A través de los medios masivos enseña a los miembros de la sociedad cómo deben actuar racional e ideológicamente, para reforzar el sistema.
El individualismo, la envidia, la violencia, son las características espirituales del individuo contemporáneo, acordes con los intereses de la sociedad que así lo moldea. Cobra actualidad la reflexión acuñada en la antigüedad: “El hombre, lobo del hombre”.
Los valores morales están en crisis total. Y es la juventud la que refleja con mayor nitidez los conflictos de una sociedad en decadencia, de una sociedad alienada, cuya producción de bienes de consumo, a la vez que ha profundizado la desigualdad social ha denigrado al ser humano, fundamentalmente a la juventud.
Son los jóvenes los que con mayor rigor han afrontado la crisis de valores impuesta por el consumismo. Y son los medios de comunicación los que refuerzan tales valores y comportamientos morales que transmiten. La búsqueda del placer, de la fiesta, de la diversión, para ellos, adquiere un valor excepcional.
De ahí que el comentario negativo del episodio en mención, en el que lo importante es el uniforme, no es más que una gazmoñería, una expresión de la doble moral, propia del capitalismo neoliberal.
El maestro de nuestra época debe estar eficientemente preparado, no solo para impartir conocimientos, sino para concienciar a sus alumnos sobre la necesidad de incorporarse a la lucha contra el paradigma neoliberal, que ya comienza a derrumbarse.
Lo comprueba el proceso de cambio social que vive nuestro país y América del Sur. Algún día el Humanismo se hará realidad.