En el presente año, la científica Youyou Tu obtuvo el premio Nobel de Medicina compartido con William Campbell, de origen irlandés, y el japonés Satoshi Omura, por desarrollar tratamientos contra infecciones parasitarias. Los tres son octogenarios, lo cual nos demuestra que el talento no tiene edad, color de piel ni sexo.
Youyou Tu, experta herbolaria, descubrió un tratamiento particularmente eficaz contra la malaria, mediante un extracto de la planta de ajenjo dulce (Artemisia annua). La Artemisinina, un compuesto capaz de reducir significativamente las tasas de mortalidad para los pacientes con malaria.
La tarea no fue una tarea fácil, expresó la académica Tu: “Cuando empecé, ya se había probado 240.000 compuestos en China y EE.UU., sin resultados positivos”.
La investigadora junto con tres ayudantes reunieron 2.000 recetas de la medicina tradicional china desarrollando 380 preparados naturales para ser investigados. Uno de ellos, un extracto de Artemisia annua, recomendado en una receta de hace 1.600 años, dio resultados extraordinarios. Su aplicación solamente en África significa salvar la vida de más de 100 mil personas cada año. La malaria se informa que es una enfermedad que afecta a cerca de 200 millones de personas al año y mata a más de 500 mil, principalmente niños africanos.
Este periplo de la académica al pasado científico de la civilización china, buscando soluciones para el futuro de la humanidad, nos demuestra la importancia del acervo que tienen los conocimientos de las civilizaciones aborígenes, los cuales, en nuestro continente, fueron eclipsados por la cultura dominante de los conquistadores.
Entre estos conocimientos de la sapiencia de nuestros antepasados tenemos el uso sostenible de los recursos naturales renovables (RNR) que fueron expresados en las técnicas de producción que empleaban para su desarrollo, como son los andenes, camellones, chinampas, albarradas, los cuales -además- demuestran la adaptación armoniosa del hombre al medio ambiente.
La franja tropical del continente, considerada actualmente como la principal reserva de RNR para la humanidad, colonizada se convirtió en productora de materias primas obtenidas por recolección o mediante la aplicación de una agricultura rudimentaria que utilizaba como energía la fuerza de los esclavos.
Posteriormente, con la Revolución Industrial, los transportes y las herramientas de producción se modernizaron utilizándose su eficiencia para extraer la mayor producción al menor costo financiero posible, ocasionando la depredación de los recursos y aumentando peligrosamente la contaminación ambiental por el uso excesivo de combustibles fósiles.
Resultados similares de avance técnico fueron los obtenidos con la contemporánea Revolución Verde. Esto no solamente se debe rescatar imitando sus resultados, sino también investigar sus limitaciones para evitar los impactos negativos depredadores del aprovechamiento sustentable en los trópicos, en donde se localiza la mayor parte de países subdesarrollados, como el nuestro. Tarea que está por cumplirse por nuestra academia. (O)