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El Telégrafo
Mónica Mancero Acosta

La derecha egoísta

18 de noviembre de 2020

El programa de gobierno de G. Lasso desborda de elementos traidos del neoliberalismo chileno que hoy muestra su fracaso social y político. Al parecer, le hace falta a la derecha ecuatoriana un “tanque de pensamiento” que le permita ser más creativa y pergeñar nuevas propuestas, más ajustadas a los recientes acontecimientos, si pretende una candidatura viable.

De la revisión del programa de gobierno, pude advertir diagnósticos de la realidad ecuatoriana y la salida siempre va por el lado del individualismo liberal, la empresa, el extractivismo, la desregulación en todos los órdenes, la reducción del Estado, y la idea conservadurista de la familia.

En efecto, frente al tema de la gestión de la salud se plantea transfererir la administración de los hospitales públicos al sector privado; en relación a la crisis del IESS proponen un sistema de reparto y ahorro privado para que puedan competir; frente al desempleo, flexibilización laboral; de cara a los recursos naturales, profundizar el extractivismo petrolero y minero; en relación al financiamiento estatal, la reducción de impuestos como el de salida de divisas; frente a la educación superior la eliminación de los organismos de control y desregulación; y así por el orden.

La soberbia y el desdén que significa no saber interpretar los cambios de los tiempos lleva a que un candidato que repite por tercera vez su elección, no innove su discurso y programa. Entre el liberalismo individualista y el conservadurismo moral, la candidatura de la alianza CREO con el Partido Social Cristiano se empantana en recetas que han salido caras a varias sociedades latinoamericanas, particularmente a Chile, su paradigma neoliberal de supuesto éxito; la cuestión es éxito para quiénes.

El programa destila la palabra libertad por todos lados. Es una concepción egoísta e individualista de la libertad. No se trata de ser libres para consumir y para acumular, sino se es verdaderamente libre en la medida en que se actúa junto a otros seres humanos, lo cual implica asociación y política, como nos lo advirtió la gran pensadora Hannah Arendt. (I)  

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