El mayor volumen de utilización del recurso hídrico corresponde al riego en general y en particular al riego privado. En cifras redondas (2003), de acuerdo al registro de concesiones, la superficie en riego privada es cinco veces mayor que la que corresponde al riego propiciado por el Estado. Debe también considerarse que la eficiencia para la utilización del agua depende igualmente de la infraestructura que se construya para facilitar su aprovechamiento.
El Estado, sensible a la importancia que tiene el riego para asegurar la producción agrícola, ha venido propiciando los Proyectos de Riego para el Desarrollo Agrícola, meiante fuertes inversiones financieras obtenidas mediante préstamos a entidades internacionales de crédito para el desarrollo.
Los resultados obtenidos de estas inversiones han sido financieramente negativos, hecho que también ha sido constatado en numerosos países subdesarrollados y que la FAO ha denominado “la crisis silenciosa del agua”, que se inicia desde el análisis técnico que viabilizaría el proyecto, con cifras de producción proyectadas, que solamente fueron apreciaciones entusiastas, sin tomar en cuenta la realidad del subdesarrollo social que tendría que enfrentarse con el proyecto.
Es de indicarse que la construcción de las obras civiles de los Proyectos de Riego con préstamos internacionales se ha cumplido dentro del tiempo que se esperaba, pero lo que se ha olvidado siempre es que las obras son solamente la herramienta para lograr los objetivos del proyecto, siendo necesario tiempo y financiamiento para capacitar a los usuarios para cumplir los objetivos del desarrollo. Se han dado casos, en estos proyectos, en que una vez que ha salido el constructor, no se ha podido adquirir combustible para movilizar la maquinaria para cumplir con las labores agrícolas debido a que el analista del presupuesto de operación del proyecto, quinientos quilómetros lejos, había decidido que a partir de terminada la obra, el usuario debía financiar todos los costes de activarlo, sin considerar el tiempo de apoyo para capacitar al usuario en el manejo y administración del proyecto.
El resultado ha sido que probablemente los mayores beneficiarios del proyecto han sido los empresarios del área de influencia del proyecto, que cuentan con facilidades de financiamiento; esta facilidad es la que, con los debidos controles, el Estado debe facilitar al pequeño usuario del proyecto para reducir su marginalidad y grado de pobreza.