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El Telégrafo

La contaminación del aire

28 de noviembre de 2011

Australia acaba de aprobar un impuesto de 23,7 dólares por cada tonelada de dióxido de carbono que emitan las empresas del sector eléctrico, minero y energético, para así combatir la contaminación del aire y el cambio climático.  En América Latina la contaminación atmosférica es un problema ambiental crítico para algunas ciudades como Santiago de Chile, Sao Paulo y Ciudad de México, que han aplicado distintas formas de combatirla.

El lunes 27 de junio la capital de Chile declaró una emergencia ambiental, agravada por la sequía, con medidas de restricción de circulación de vehículos y producción de algunas industrias, las que permiten reducir momentáneamente el nivel de contaminación y que afecta  principalmente a los niños, provocándoles infecciones respiratorias. A pesar de la gestión ambiental aplicada por las empresas, suceden estas emergencias.

Sao Paulo tiene 11 millones de habitantes; pero si consideramos la región metropolitana, llega a 20 millones. Lo interesante es que alrededor de Sao Paulo se han asentado  38 ciudades pequeñas que atenúan el problema del tráfico vehicular y la contaminación del aire. Además, se ha encontrado una repuesta original para disminuir ésta con el uso de alcohol, gas y biocombustibles para el  transporte terrestre, con  vehículos adaptados para usar cualquiera de estos combustibles.

El caso más crítico es de Ciudad de México (distrito federal), que sufrió una severa crisis ambiental en los noventa y obligó a retirar industrias privadas y públicas de la ciudad, establecer un sistema de monitoreo atmosférico (SIMA) y verificación vehicular, con lo cual logró disminuir sus niveles de contaminación del aire. Se tomaron medidas como el uso de gasolina sin plomo, gas y combustibles más limpios. Con el SIMA se puede conocer la calidad del aire diariamente, la que es comunicada  a la población a través de una página web.

Para ello han instalado estaciones de monitoreo para verificar los niveles de los diferentes contaminantes de la atmósfera. A pesar de ello, también tienen previsto emergencias ambientales que contemplan la restricción vehicular. En caso de México, el 65% de la contaminación atmosférica es explicada por las fuentes móviles, o sea, por transporte terrestre principalmente.

En el país, el número de vehículos terrestres ha crecido en los últimos años, en Quito y Guayaquil, significativamente, generando problemas de tráfico y contaminación del aire. En la capital se ha aplicado el sistema de “pico y placa” por las dificultades del tráfico vehicular. Se acaba de aprobar un impuesto a la contaminación de los vehículos, que es una medida parcial, ya que falta controlar a las fuentes fijas (empresas).

La experiencia de las tres ciudades latinoamericanas señaladas muestra que enfrentar este tipo de contaminación requiere de diversos tipos de políticas, medidas y mecanismos, que para ser implementadas necesitan de equipo técnico y humano especializado. Se requieren soluciones creativas y pensadas para el largo plazo y no solo para el corto plazo. En el país todavía estamos a tiempo de tomar medidas integrales para no llegar a casos extremos como el de México.

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