Publicidad

Ecuador, 20 de Diciembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Fernando López Parra

La confianza

03 de septiembre de 2020

En la situación tan complicada por la que actualmente pasamos y que, de acuerdo a previsiones, el mundo y particularmente América latina y el Caribe enfrentamos una crisis sin precedentes de nuestra historia como región. Las heridas difíciles que nos deja el Covid-19 son inéditas y complejas. Al parecer, la gravedad de la situación también se ve agudizada porque nosotros mismos no estamos ayudando con una variable sustantiva que es la confianza.

Hay una histórica desconfianza de la sociedad con las instituciones de gobierno, entre instituciones y ahora más, entre los individuos que conformamos la sociedad. Seguramente los actos de corrupción y la forma degradante de hacer política se banalizaron, se volvieron como normales o triviales. Ya no hay espacio para la confianza sino para la desconfianza, que trae consigo una falta de cooperación, que es a la vez, el elemento clave para el desarrollo de cualquier tipo de política pública exitosa. Sabemos, por varios estudios de la temática en mención, que la confianza incrementa la credibilidad en las instituciones del Estado y en sus gobernantes. Ahora que ya entramos en un periodo electoral, por ejemplo, lo que primero que nos preguntamos de importante es: ¿Tenemos confianza en los candidatos y en el proceso?

La confianza es una variable intangible poderosa que potencializa lo negativo o lo positivo de los indicadores de un país y de una sociedad; facilita los costos de transacción entre las empresas y el Estado; impulsa de forma sostenible la inversión pública nacional y del exterior; contribuye de forma clara a la institucionalidad de las organizaciones estatales. Es prioritario disponer de una estructura jurídica confiable, que vaya de la mano de los mecanismos e instituciones de control del país. La corrupción, la falta de políticas claras, la debilidad de las instituciones son fuente de desconfianza y de desperdicio notable de los pocos recursos que disponemos como Estados.

Hay que lograr dispositivos de restauración y promoción de la confianza, mejorando la información y transparencia de las empresas privadas y de las instituciones de gobierno. Por atravesar como país tan difícil situación en lo sanitario, en lo económico nos aparece una gran oportunidad para elegir a gobernantes que nos den confianza para embarcarnos en una nave de crecimiento y desarrollo sostenido. Por último, aquí en confianza, en las próximas elecciones, seamos inteligentes y comprometidos al dar la confianza con nuestro voto y claro está, que debemos mostrar confianza en nosotros mismos como ecuatorianos.

Contenido externo patrocinado