Con la final masculina entre Novak Djokovic y Rafael Nadal, jugada el lunes, concluyó el US Open 2011, que en esta edición tuvo que superar algunas dificultades, como la amenaza del huracán Irene que provocó dos días de intensa lluvia, generando la cancelación de muchos partidos, además de causar daños a la superficie del estadio Arthur Ashe. Pero la calidad del tenis que se vio durante el torneo hizo que todos los inconvenientes fueran olvidados rápidamente.
Pudimos asistir a partidos de gran calidad, de un nivel tenístico muy alto y el jugador del momento, el serbio Novak Djokovic, fue protagonista de algunos de ellos, como el extraordinario primer set contra el ucraniano Dolgopolov, decidido en un apretadísimo tie–break, o el encuentro de cuartos de final contra su compatriota y compañero de equipo Copa Davis, Janko Tipsarevic, quien le jugó de igual a igual durante dos sets, ambos definidos en tie-breaks, mas terminó agotado y retirándose cuando perdía 3-0 el cuarto set.
Sin embargo, definitivamente el mejor partido del torneo, y el más duro para Djokovic, fue la semifinal contra el gran Roger Federer, quien no quería terminar el año sin ganar un torneo de Grand Slam y, mostrando sus grandes condiciones, estuvo a punto de aguarle la fiesta a “Nole”, tal como lo había hecho en el Roland Garros, qué cerca estuvo el suizo de la final, llegando a tener dos pelotas de partido, sacando 5-3, 40-15 en el quinto set; el primer match point lo salvó el serbio con una devolución de derecha cruzada verdaderamente impresionante, ese tiro lo levantó anímicamente, lo llenó de confianza e incluso hizo que gran parte del público, que hasta ese momento estaba decididamente del lado del suizo, se volcara a su favor, en cambio Federer comenzó a dudar, tal vez se le vino a la memoria la semifinal del 2010, en la que “Nole” se sobrepuso a varios match points y le dio vuelta al partido, todo esto lo aprovechó Djokovic para ganar los últimos cuatro games y plantarse en la final por segunda vez consecutiva, frente a su verdugo del año anterior, Rafa Nadal.
El español tuvo un camino sin muchas dificultades hasta la final, se lo veía con todas las ganas de defender su título y de vengarse de las cinco derrotas en otras tantas finales contra Djokovic en esta temporada, “Rafa” estuvo muy sólido durante todo el torneo e impresionó la manera como derrotó al americano Andy Roddick en cuartos de final, quien a pesar del apoyo del público neoyorquino, se vio ampliamente superado.
Recién en la semifinal contra el escocés Andy Murray cedió su primer set en el torneo, se podía pensar que llegaba a la final más fresco físicamente que el serbio, pero en la gran final, una vez más Djokovic demostró que es el mejor jugador del momento, un tenista prácticamente invencible, y después de perder los dos primeros games, tomó las riendas del partido, jugando casi siempre dentro de la cancha, manteniendo a Nadal 2 ó 3 metros atrás de la línea, con una gran devolución de servicio, una velocidad de piernas impresionante y aprovechando hasta el último centímetro del terreno de juego, con ángulos y drop shots que dejaban estático al español.
La superioridad del serbio era abrumadora y solamente el inmenso espíritu de lucha de Nadal, su gran mentalidad de campeón, impidieron que “Nole” definiera el partido en tres sets consecutivos, y Nadal, haciendo un esfuerzo sobrehumano, le dio vuelta a ese tercer set, para ganarlo en tie-break.
Sin embargo, cuando muchos pensamos que se podía complicar el triunfo del serbio, este apretó el acelerador a fondo y se llevó el cuarto set con un cómodo 6-1, coronándose así campeón del US Open por primera vez.
Cómo han cambiado las cosas en el tenis masculino en un año, hace 12 meses, en este mismo torneo, Nadal conseguía su tercer Grand Slam consecutivo y parecía destinado a dominar el circuito por largo tiempo, en cambio Djokovic terminaba su cuarta temporada consecutiva como el # 3 del ranking y nadie lo veía como una amenaza inmediata al reinado de “Rafa”.
Pero es ahora Nadal quien está afectado en su confianza, quien por primera vez en años, tiene dudas en cuanto a su tenis y ya no se siente invencible, ni siquiera en su adorada arcilla, superficie en la cual se vio superado en dos finales por “Nole” este año. Sin embargo, “Rafa” es un gran campeón y va a hacer todo lo que esté a su alcance para revertir esa situación, y así lo ha manifestado en todas sus declaraciones posteriores a esta derrota, entre otras cosas dijo: “Djokovic es el mejor en este momento, voy a trabajar día tras día hasta que eso cambie, tengo que aceptar las derrotas con la misma calma que las victorias y mantenerme trabajando sin pensar en el pasado”.
“Rafa” y su entrenador, su tío Tony Nadal, saben que tienen que hacer algo diferente, yo creo que él tiene que mejorar más su servicio, no necesariamente su potencia, pero sí su colocación, variación, usar mejor el saque con slice de zurdo, así como también trabajar mucho en su segundo servicio, el cual es lo suficientemente bueno contra la mayoría de jugadores, mas ante la devolución de “Nole” se lo nota algo débil y le cede mucho la iniciativa.
De igual manera, debe buscar jugar más cerca de la línea de base, buscar un punto de impacto más alto en su forehand y, si es posible, cerrar más puntos en la red.
Estoy seguro de que Nadal va a entrenar más fuerte que nunca, eso es lo que hacen los campeones, los grandes no se rinden y buscan soluciones.
El problema es que tiene a un rival como Djokovic, quien por el momento no muestra ninguna señal de debilidad, y a quien cada victoria lo vuelve más fuerte mentalmente.
Desde que comenzó esta impresionante racha ganadora, nadie le ha podido encontrar su talón de Aquiles, mas lo mismo se pensaba de Nadal hace apenas un año, eso demuestra lo difícil que es mantenerse en la cúspide del tenis mundial.