Ryszard Kapuscinski. periodista polaco, considerado como uno de los reporteros más importantes del planeta, ha solventado a través de las decenas de años en el oficio de informar, la experiencia y el conocimiento sobre lo que realmente sucede en el negocio mediático, tanto en lo práctico, como corresponsal en multiplicidad de países del orbe; o en lo teórico, pues fue maestro de la fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
Ahora que el vislumbre nada brumoso, de las tormentas generadas por el juicio a los propietarios y al editor de un diario de Guayaquil por injurias graves al presidente Rafael Correa, es bueno que se sepa y se difundan los conceptos y principios de lo que debe ser el verdadero periodismo latinoamericano y los considerandos de la responsabilidad ulterior, frente a noticias y sucesos reseñados en algún órgano de difusión de cualquier tipo o nivel.
Y es que para el comunicador, nacido en Polonia en 1932, los trabajadores de la comunicación, como condición sine qua non, deben “estar, ver, oír, compartir y pensar”.
Cuando esto no sucede y los reporteros escriben sus notas para imprimirlas o para que sean difundidas, presentadas o leídas por otra persona, a partir del rumor o de sus propias simpatías o antipatías, realmente construyen falacias o ficticias situaciones que motivan desinformación y cometen infracciones contra el honor de las personas y familias, lo propio debe establecerse para los editorialistas y comentaristas de la prensa escrita, radial o televisiva, que muchas veces dilapidan ese privilegio.
En el espeso memorándum de los derechos de la libertad de expresión se evidencia la obligación de los informadores y columnistas de los periódicos y de los noticieros de la radio y la televisión de evitar la manipulación de la opinión pública y también desechar la arquitectura de “un mundo virtual que reemplaza al mundo real”, y por tanto lo que define “que destacar que omitir, que cambiar” no debe corresponder a la política del medio comunicacional, o peor aún a la decisión de los dueños del mismo y de sus intereses personales; le incumbe a la ley y a los intereses legítimos de la sociedad y de la nación.
El avance sostenido de las comunicaciones ha logrado la conexión de todos los puntos de la Tierra, sin embargo, las novedades internacionales son magras y selectivas, la información que se utiliza se sustenta en la crónica roja, los chismes de farándula y la noticia política deformada o sensacionalista , es decir, lo que venda o mejore el rating.
Por todo ello, con el mayor respeto, lo señalo, estudiantes y profesores de las escuelas de Comunicación Social, intenten conocer a Kapuscinski.