La justicia es algo grande. Talvez más grande que el amor. El amor es ilusión; la ilusión no es el amor. Pero la ilusión del amor es agradable y así podemos pasar, ilusionados con el amor y ser felices con esa ilusión. Pero la justicia es una gran cosa. La justicia no son los jueces solamente ni fiscales. Ni la justicia son políticos controlando a jueces y fiscales.
La justicia es un orden justo. Es la ética de ser justos ante todos. La justicia trae la alegría de lo justo en la sociedad. La sociedad vive del trabajo que produce y la sociedad alienta la equidad, la solidaridad, el bien común. En el país no hemos entendido esto. Creemos que la justicia es robar el dinero público de todos los ecuatorianos para enriquecimiento personal. Creemos que el poder sirve para hacerse rico, poderoso que puede controlar la justicia y manipular sentencias y dictamines judiciales. La columna vertebral de una nación es la justicia.
Lo contrario a la justicia no solo es la injusticia sino la marginalidad, el discrimen, la pobreza. Nos volvemos una sociedad pobre cuando permitimos la práctica del control político de la justicia. Por ejemplo, una jueza da beneficios de prelibertad a un ciudadano peligroso. Es un derecho legítimo que concedió la jueza al jefe de “los choneros”, pero ahora ya libre hace una exhibición de poder que nos mete miedo que hasta le cantan canciones y alabanzas.
El señor de “los choneros” quiere demostrar que es bueno dando balazos para celebrar su libertad. Eso es terror y nadie puede crearle terror a una sociedad en nombre del poder o en el suyo propio.
Necesitamos ser justos. Requerimos la práctica de la justicia tal como es: libre, ciega, equilibrante, en todo momento: necesaria, oportuna. El problema del país ahora no solo es la corrupción sino un orden injusto que alienta la pobreza para los ciudadanos.
La sociedad y la justicia somos todos. La justicia no es la corte de justicia ni la policía, peor los políticos. La justicia somos los ciudadanos y nuestro ideal de una mejor vida. La justicia es el amor mismo siendo justos, en un orden justo, siendo justos el uno al otro. La injusticia es unos pocos yéndose contra todos. (O)