Los ecuatorianos acabamos de elegir en las urnas el domingo 15 de octubre del 2023 a un nuevo binomio presidencial que gobernará hasta el próximo 23 de mayo del 2025 ¿Alguna vez se han preguntado sobre por qué estos gobiernos son legítimos? ¿Por qué estamos ‘obligados’ a aceptar a Noboa como nuestro Presidente? O, simplemente ¿Qué implica vivir en una sociedad?
En esta tercera entrega de "Joyas Literarias" nos adentraremos en búsqueda de reflexionar estas preguntas con un clásico de clásicos de la filosofía política, por medio del escritor Jean-Jacques Rousseau y su obra magistral, "El Contrato Social". Publicado en 1762, "El Contrato Social" es un texto fundamental de la ciencia política que ha influido en la concepción moderna del gobierno y la sociedad, más aún desde la filosofía liberal. A lo largo de su alrededor de 100 páginas, Rousseau explora cuestiones esenciales relacionadas con el origen del poder político, la libertad individual y la formación de una sociedad justa. Rousseau inicia su obra con la famosa línea: "El hombre ha nacido libre, y en todas partes está encadenado". Esta declaración marca el tono de su reflexión sobre la relación entre el individuo y el Estado. Para Rousseau, la libertad natural del ser humano se ve comprometida por la civilización y la sociedad, lo que plantea la pregunta central: ¿cómo reconciliar la libertad individual con la necesidad de la vida en sociedad?
El concepto central en "El Contrato Social" es el de la ‘voluntad general’. Rousseau argumenta que la voluntad general es la expresión de la soberanía del pueblo, que es la voluntad colectiva de todos los individuos. Esta voluntad general debe ser la base de cualquier gobierno legítimo. La idea subyacente es que el poder político emana del pueblo y solo es legítimo cuando se ejerce de acuerdo con la voluntad general.
Rousseau nos muestra una clara diferencia entre dos conceptos cruciales: la ‘voluntad general’ y la ‘voluntad de todos’. La voluntad general se orienta hacia el bienestar común y representa el interés colectivo de la sociedad en su conjunto, mientras que la voluntad de todos refleja las preferencias individuales de las personas. Desde su perspectiva, Rousseau sostiene firmemente que la voluntad general debe prevalecer sobre la voluntad de todos porque es el único camino para asegurar una sociedad verdaderamente justa y equitativa.
El filósofo francés propone un modelo de gobierno democrático en el que los ciudadanos participan activamente en la toma de decisiones políticas. Sugiere la creación de una legislatura compuesta por representantes elegidos por el pueblo, cuya función principal es legislar de acuerdo con la voluntad general. Además, Rousseau aboga por la necesidad de un contrato social explícito en el que los ciudadanos renuncien a sus derechos naturales en favor del cuerpo político, pero solo bajo la condición de que todos los ciudadanos estén igualmente sujetos a las leyes que promulga el gobierno.
En la obra de Rousseau, también se profundiza en el tema de la libertad dentro del marco del contrato social. Para él, la libertad trasciende la simple ausencia de limitaciones; se manifiesta como la habilidad de actuar en sintonía con la voluntad general. En una sociedad regida por la voluntad general, la libertad de los ciudadanos se materializa a través de su participación activa en las decisiones políticas y su compromiso con el bienestar colectivo.
En resumen, "El Contrato Social" de Jean-Jacques Rousseau plantea una de muchas miradas posibles ante cuestiones esenciales sobre la legitimidad del poder político, la formación de una sociedad justa y la relación entre la libertad individual y la autoridad estatal. Al agruparnos como seres humanos y decidir vivir en sociedad civilizada suscribimos un contrato social implícito en el que recibimos derechos a cambio de libertades y surge el Estado para que el contrato sea cumplido y se responda a una expresión de voluntad general que busca el bien común como base legitimadora de cualquier sistema político. Su obra da una hipótesis explicativa ante la autoridad política y el orden social y nos invita a reflexionar, aún más en el presente, sobre tanto el sistema político como social.