Las invasiones bárbaras de junio del 2022 derivaron en organización de mesas de diálogo con el apoyo de la Conferencia Episcopal. Al día siguiente del anuncio de estos espacios de búsqueda de acuerdos, Quito amaneció pintada con grafitis en los que se podía leer “Nos vemos en las calles en 90 días”. Era obvio que la dirigencia indígena de la CONAIE se sentaba a las mesas de negociación sin una verdadera voluntad política de llegar a acuerdos. Se podía avizorar que este levantamiento tenía una clara vocación de ejercer un poder destituyente.
No podemos olvidar que paralelamente a esta asonada golpista, el movimiento indígena que, juega dentro, pero también fuera del sistema democrático liberal, vio frustrado su intento de destituir al presidente de la República en la Asamblea Nacional. Es innegable que el movimiento indígena y el correísmo vayan cogidos de la mano para derrocar al gobierno nacional auspiciando el voto por el NO en la consulta popular.
Bien es cierto que la consulta no incidirá estructuralmente en los cambios que requiere el país. Para algunos, inoportuna y poco eficiente. Para otros, innecesaria por repetir aspectos que ya están señalados en la ley. En todo caso, si algo hemos de ver como valioso es que servirá como una primera medición del verdadero poder que tiene el correísmo y su aliado, el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza.
En el caso del correísmo, su oposición al gobierno y a la consulta popular responde a tratar de ganar un espacio político en la búsqueda de la impunidad y el regreso de su máximo líder.
Mientras tanto, Leónidas Iza está poniendo la estaca más allá de la inmediatez. Su enfoque marxista de la historia responde a una visión primitiva de sus lecturas, especialmente de Eduardo Galeano con su libro Las venas abiertas de América Latina y de los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana de José Carlos Mariátegui. Del primero, el propio Galeano renegó de su obra. Del segundo, basta decir que fue el libro de cabecera del terrorista sanguinario, Abimael Guzmán.
De las dos obras mencionadas, surge Estallido, la publicación de líder indígena con la fórmula para incendiar el país y refundar el Ecuador.
Con estos antecedentes es claro y notorio que Leonidas Iza fundamenta su pensamiento y accionar desde el marxismo. El estallido que propugna el líder indígena corresponde a un pensamiento mesiánico y utópico donde el sujeto histórico que detenta la verdad es el movimiento indígena. Ya no es el proletariado. Creen que debería ser el movimiento indígena el que debe organizar y administrar la sociedad ecuatoriana.
Los diálogos a los que se han sentado los indígenas son incompatibles con su principio de lucha de clases y enfrentamiento entre indígenas, blancos y mestizos. Lucha entre ricos y pobres. Por ello, estos tres meses de mesas de negociación solo les han servido para tener más tiempo para recobrar fuerzas e intentar una vez más tomar el poder. Así lo han anunciado en días pasados.
La promoción de Iza por el NO en la consulta, se inscribe dentro de su estrategia de invasiones bárbaras autoritarias.