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El Telégrafo

Inútil llamado a la concertación

20 de agosto de 2011

El Presidente de la República formuló un efusivo llamado a la concertación a los sectores empresariales, de trabajadores,  campesinos, pueblos ancestrales y demás ecuatorianos para, en conjunción de anhelo, lograr una patria nueva. Concertar, implica, sin renunciar a los principios, ampliar la visión sobre la realidad del país y sus problemas, con el compromiso  de tolerar puntos de vista de otros y, a veces, ceder posiciones, en procura de estructurar tesis y soluciones de consenso en beneficio de la nación y sus habitantes.

La gente noble y altruista promueve el diálogo y se alista a enderezar rumbos, pero el iracundo, el petulante y el cargado de odio jamás accede al  intercambio de criterios porque teme ser descubierto   en sus malévolas intenciones. Con ese grupo humano, inmiscuido en la derecha política, no es posible ni siquiera conversar, si solo piensa en destruir al adversario.

No es procedente compartir con los eternos perdedores, que instigan a los escasos descontentos, a la práctica de  ridículos  plantones con el protervo fin  de escandalizar y sabotear, soterradamente, los cambios  estructurales que lidera el guía del Socialismo Siglo XXI.

Es inútil invitar a dirigentes del MPD,  SP y otros resentidos por la pérdida de sus privilegios, que en asocio de la oligarquía y el apoyo de la prensa “independiente” perturban el desarrollo de la Asamblea  e intentan frenar la aprobación de leyes urgentes que tienden al mejoramiento de la administración del Estado.

El llamado del Ejecutivo no tendrá eco, mientras columnistas de diarios privados no cesen de conspirar, furtivamente, contra el régimen constituido democráticamente. Es evidente el constante elogio a  la protesta callejera y el silencio a las grandes obras sociales, iniciadas y en marcha dentro de la nueva era  de la Revolución Ciudadana. Los ecuatorianos  se pronuncian por el diálogo amplio y abierto entre  los protagonistas del quehacer político. Nadie  duda que de la controversia se deducen  los  yerros y se irradia  la verdad. El llamado patriótico  del Primer Magistrado es una prueba de su sentimiento democrático y su elevado espíritu  conciliador,  por su formación y principios.

Recuerdo los sabios  pensamientos  de Chejov: “Tiene razón quien es verídico”, y de José  Berjamín: “En cierto momento, la  única forma de tener razón es pidiéndola”. Solo los tercos y cobardes  huyen para disparar desde su escondite”.

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