¿Hay errores en este gobierno (saliente)? Sí, y a ratos creo que varios de nuestras(os) -altos- representantes gubernamentales se han tomado muy “a pecho” esa máxima de Dale Carnegie: “si me critican, me justifico y hasta te critico”, llegando al punto de auto anular su sensibilidad y con ello prestar cero importancias a las observaciones del jefe máximo que es “el gran elector”, sobre sus actuaciones y omisiones que últimamente son propias de esos “errores” que equivalen a horrores. Para ellas(os), el error que directamente (si dispusieron) o indirectamente (vía actuación de sus subalternos) cometen, siempre es “culpa de todos”, menos de ellas(os), al puro estilo del “infierno son los demás (menos yo)” de Sartre. ¡Es una pena, realmente! No comprendo cómo una persona puede cegarse ante su incompetencia, o por el sueldo que se recibe o por el espacio de poder que ostenta. De paso, el nivel de ego de algunas(os) de nuestras(os) funcionarios públicos llega a estar más inflado que un globo de helio para poder elevar bloques de cemento, y ya eso es decir mucho. Pienso que la explicación de esa personalidad insegura está precisamente en la consciencia que ellas(os) tienen cuando interactúan con otra persona misma que al no contar “con simpatía política” no es parte del espacio de poder público, pero, paradójicamente, “le barre” con el palmarés cognitivo y sobre todo humano. De ahí, pienso: insistir en que se equivocan y esperar que enmienden, es inútil.
¿Lo fundamental? Las acciones presentes y futuras. El presidente electo Guillermo Lasso tiene en sus manos poder decirse, y decirnos: sí es posible hacer las cosas bien, rodeándose de quienes, a más que hayan tenido experiencia (que es importante), sobre todo sean honestos, de rostros nuevos, y que auténticamente quieran trabajar pro país, y que no busquen llegar para contar con “casa, dama y chocolate” que sería sueldo, carro con custodio e invitación a cocteles. El prácticamente presidente ha anunciado que desde mañana -en adelante- conoceremos a sus ministros; aunque me hubiese gustado conocerles antes, creo que un importante segmento de la patria clama, casi vía telepatía: “no los mismos de siempre, por favor… ni tampoco quienes ya han estado hace 14 años”. Razones sobran. Tan solo mencionaré dos: a) somos cerca de 18 millones de ecuatorianos, donde, sin duda, existimos personas igual o hasta más capaces; y, b) “los mismos de siempre” ya estuvieron un buen tiempo y poco o nada hicieron; antes bien, con sus torpezas arruinaron todo y nos golpearon con su mala conducta.
Asumir y enmendar, es útil y provechoso para todos. (O)