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El Telégrafo

Inseguridad y grupos hegemónicos mundiales

25 de junio de 2011

 

El tema de la inseguridad se encuentra en el centro de la palestra política mundial y abarca múltiples aspectos que deben ser examinados: El terrorismo económico, originado por el mal manejo de los centros financieros mundiales, la especulación de las bolsas de valores, la acción abusiva de las transnacionales, las decisiones de los países más ricos, que para mantener su hegemonía trasladan y cargan los precios a los países y sectores sociales más vulnerables y pobres, afectando a la mitad de la población mundial por sus acciones neocolonizadoras.
La inseguridad, como arma política de parte de los Estados Unidos y países miembros de la OTAN, que a través del poder ilegítimo que tienen en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas imponen resoluciones para bombardear e invadir países que consideran “piedras en el camino”, que obstruyen sus planes geoestratégicos y económicos.
La inseguridad, derivada por accidentes en centrales nucleares, que por falta de controles y “ahorro en las inversiones”, contaminan todo el planeta.
La inseguridad causada por posibles acciones terroristas y potenciales guerras nucleares localizadas por pésimos cálculos políticos, militares y errores operativos de misiles y bombas nucleares.
La inseguridad, causada principalmente por el mundo industrializado, sus emanaciones de gases, el calentamiento global y la destrucción ambiental, que ponen en juego la supervivencia de la vida humana en el planeta.
La inseguridad, proveniente de los complejos industriales de fabricación de armas ligeras y de destrucción masivas, que crean conflictos, con sus “manos invisibles”, para justificar el armamentismo.
La inseguridad, causada por el consumismo, inducida por las empresas transnacionales, que para salir de cualquier forma de su producción manipulan a los consumidores, haciendo que desechen sus bienes antes de que termine su vida útil y sean reemplazados por otros más caros.
No está al alcance de los ciudadanos del planeta cambiar la infraestructura existente de forma inmediata.  Lo que sí se puede cambiar es nuestra conciencia y realizar pequeñas acciones cotidianas positivas de alcance personal y que en interacciones con otros cercanos,  al multiplicarse, por decenas, cientos, miles y millones se conviertan en la nueva conciencia de la comunidad y la humanidad y revoquen el mandato de la deshumanización actual.

 

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