Si bien es cierto que para efectos de influenciar la opinión pública, los interesados toman ventaja de la percepción de inseguridad y le atarán en un futuro las reformas al sistema judicial, mientras explotan el manejo de las investigaciones del 30S, que de tan publicitadas, crean una idea en el colectivo de ser asunto prioritario para el gobierno de la Revolución Ciudadana, incluso por encima de las preocupaciones que aquejan a la ciudadanía.
Este ejercicio de poner peras, coles y garbanzos en un mismo plato es un sinsentido, pero como mecanismo comunicacional sobre la opinión está demostrando que sí funciona y que si la receta se adereza con humor negro, prepotencia de algunos funcionarios y la realidad de las calles ecuatorianas, su efecto aumentará. Como esto no va a cambiar, lo mejor es no menospreciar la inseguridad y evitar desconocer el sentimiento ciudadano, en aras de defender políticas de Estado.
Para mí es claro, desde el punto de vista conceptual y desde la realidad de las calles, que el tema de la seguridad ciudadana no está atado a la reforma a la justicia, son cosas absolutamente distintas, aunque evidentemente buenas reformas crearán el ambiente propicio para castigar en el futuro la delincuencia que nos azota.
El hecho de que algunos medios magnifiquen la percepción de inseguridad con fines políticos o comerciales, es algo frecuente y que también vemos en los diarios peruanos y colombianos, porque no podemos ser tan ciegos en este país para decir que tenemos problemas de inseguridad porque el presidente es Correa, solo hay que asomarnos al patio del vecino para darnos cuenta de que allí también se cuecen las mismas habas, sin importar la ideología, y allí también se explota la percepción de inseguridad en beneficio de los opositores.
Aquí y allá la inseguridad es una realidad, un flagelo que ha aumentado y que nos preocupa de manera grave a los ciudadanos, sin importar el país en que vivimos.
No se niega la gravedad del 30S, pero tampoco se entiende cuál es la razón para darle prioridad sobre los temas de seguridad. A cada cual le preocupa lo suyo y la gente quiere saber qué está haciendo el Gobierno para atacar la inseguridad y cómo vamos en materia de inteligencia, que ha demostrado ser “clave” en esta lucha.
Quedemos claros en que a la gente le molesta que se minimice su preocupación personal para desestimar a los opositores del Gobierno, porque una cosa no tiene que ver con la otra.