Finalizó el primer año de Gobierno de Guillermo Lasso y entre todos sus pendientes sobresale la seguridad interna.
En su Plan de Trabajo 2021 – 2025 señalaba que el número de homicidios y asesinatos había subido mientras que la confianza de la Policía Nacional y el sistema de justicia había bajado. Otra preocupación era el estado de las cárceles y el hacinamiento. Citaba que la Encuesta de Victimización y Percepción de Inseguridad realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) concluía que el desempleo era la principal causa de la delincuencia.
Para garantizar la seguridad ciudadana proponía un mapa de riesgos que identifique a todos los sectores de la población y el territorio en función de su nivel de vulnerabilidad; apoyar a los gobiernos autónomos descentralizados y a las organizaciones de la sociedad civil para implementar programas de desarrollo de habilidades deportivas y artísticas; una política pública de prevención y recuperación del consumo de drogas; coordinar acciones con los países vecinos y con los organismos policiales internacionales; independencia, transparencia y accesibilidad a la justicia; coordinar entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; mayor tecnificación de los procesos de investigación y agilidad en los procesos judiciales y funcionarios permanente capacitados y sujetos a escrutinio público; y, finalmente, un sistema de rehabilitación social cuya finalidad principal sea la reinserción social.
Sin embargo, tras un año, una investigación cuantitativa concluía que el 80% califica la situación actual del país como mala, el 63% piensa que la situación del país empeorará en los próximos seis meses e identificaba, como los principales problemas del Ecuador, 37% a la delincuencia y 24% el desempleo. En definitiva, el 87% califica la gestión de seguridad del Gobierno de Guillermo Lasso como mala. Paralelamente, el 89% no confía en la justicia.
Pese a la concomitante insatisfacción ciudadana, el Presidente de la República, en su Informe a la Nacional, no dudó en calificar la ola de inseguridad como una reacción ante la aplicación de la ley.
Es evidente que el Gobierno de Guillermo Lasso no entiende la gravedad del problema de la inseguridad. En su primer año, en este aspecto, poco o nada ha ejecutado su Plan de Trabajo 2021 – 2025.
En este contexto, más grave aún, el Gobierno de Guillermo Lasso ha inventado un enemigo interno. La semana pasada, ocho dirigentes políticos de izquierda fueron detenidos acusados por presunta delincuencia organizada. Las pruebas serian “contundentes”: una pistola y una escopeta viejas, ochos celulares, lecturas subversivas, bombas molotov, voladores y escudos de madera. Mientras tanto, todos los días hay homicidios y asesinatos a través de sicarios, coches bombas explotan en nuestras ciudades y hasta una asambleísta era asaltada y golpeada en las puertas de su casa.