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El Telégrafo
Bernardo Sandoval

INGOBERNABILIDAD Y PANDEMONIUM

15 de marzo de 2020

En Ecuador enfrentamos una crisis compleja.  Crisis moral, crisis económica, crisis política, crisis de salud, crisis de educación, crisis de civismo.  Cientos de editoriales  se refieren, más o menos, a lo mismo, sin que pueda apreciarse que logren marcar una diferencia.

Sin embargo, a pesar de su poca difusión, los editoriales mantienen vivo el pensamiento crítico que es indispensable para evitar una completa sociedad de autómatas que vivan guiados por sus instintos o intereses, por el bienestar de sus bolsillos o sus afanes, por su metro cuadrado de espacio. Alguien debe pensar y proponer, alguien debe analizar y criticar, alguien debe hacer notar, a los pocos que leen, lo malo que se hace y que se dice desde los estamentos de poder y desde distintos sectores de la sociedad.

La coyuntura que vivimos es patética. Una pandemia de infección por coronavirus, tardíamente declarada como tal por la Organización Mundial de la Salud; la caída de los precios del petróleo; una crisis económica terrible, que se arrastra como consecuencia del despilfarro y latrocinio del gobierno anterior y que el actual gobierno no ha podido mitigar y; un desempleo galopante que desalienta a cualquier sociedad.

En este contexto de drama, el gobierno plantea una serie de medidas para paliar la catástrofe y automáticamente surgen las voces de oposición, justamente de aquellos que, defendiendo su parcela de intereses no están de acuerdo con contribuir.  Para sobrevivir con alguna dignidad, el Estado requiere dinero para educación, salud y seguridad y ello implica no decenas ni cientos, sino miles de millones de dólares y las mínimas soluciones, como recortar el sueldo a los asambleístas y eliminar la pensión de ex-Presidentes apenas representaría unos 20 millones de dólares.

Entre Coca- Codo- Sinclair, el terraplén de la refinería del Pacífico y la fallida repotenciación de la refinería de Esmeraldas, el gobierno anterior, despilfarró más de 4.000  millones de dólares.  En subsidios al gas licuado de petróleo, gasolina y diésel son casi 3.000 millones de dólares anuales. Si alguien osa eliminar los subsidios las hordas de vándalos azuzados por Iza y Vargas se toman el país.  País ingobernable en donde el pandemónium es el status quo.  (O)

  

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