¿Puede entenderse que el pueblo haya ignorado que el gobierno de Correa construyó ocho centrales hidroeléctricas cuando con las dos que funcionan ya hay un exceso de energía eléctrica? Sí. Lo ignora porque el gobierno de Moreno no se ha preocupado de comunicarlo con suficiente efectividad y claridad. El robo, a manos llenas, fue descomunal. El despilfarro fue de miles de millones de dólares.
¿Puede concebirse que se hayan construido aeropuertos en Tena y Santa Rosa para que, supuestamente, se multiplique el turismo nacional e internacional y constatemos que tales aeropuertos no reciben ni la centésima parte del flujo de pasajeros que, los dotados de manos limpias, mentes brillantes y corazones ardientes predijeron que tendrían? Se puede concebir, en efecto, porque el gobierno anterior combinó ineptitud absoluta y un descomunal apetito por el robo.
¿Puede pensarse que, con un precio del petróleo superior a los cien dólares, por varios años, el gobierno del PhD de la Universidad de Illinois en Urbana, Champaign, haya incrementado la deuda externa en más de cincuenta mil millones de dólares y haya acumulado un déficit presupuestario de más de 30 mil millones? La combinación de incompetencia, de falta de sentido común y el latrocinio consiguieron esto, que parece imposible.
El desastre económico y moral al que nos condujo el gobierno de la década saqueada impone la adopción de medidas que, sin duda, tienen un coste político. Ventajosamente, el presidente Moreno no está pensando en la reelección y ha decidido eliminar el subsidio a los combustibles, acción que debió haberla tomado antes y que ahorrará 1.500 millones de dólares anuales.
Frente a esta acción impostergable, de eliminar los subsidios, acción obviamente necesaria en cualquier país responsable, un grupo prepotente , antipatriota, repleto de prebendas, abusivo y maltratador de los usuarios, protesta con violencia.
La dolarización nos ha permitido mantenernos a flote y no sucumbir como Venezuela. Esta dolarización es la que se compromete si acaso el gobierno no asume la responsabilidad de eliminar los subsidios. El gobierno hará muy mal si da un solo paso atrás. El bienestar de la mayoría no puede comprometerse por los apetitos de pocos. (O)