Publicidad

Ecuador, 16 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

¿Y si las plantas tuvieran sentimientos?

28 de agosto de 2019

Hay un solo responsable de los incendios en el pulmón verde de nuestro planeta: el ser humano. Pero en esta catástrofe ambiental, los presidentes Jair Bolsonaro y Evo Morales, los principales responsables. Morales, populista de izquierdas, conjuntamente con Bolsonaro, populista de derecha, son los garantes de este crimen ambiental.

Estos dos personajes deberían ser llevados a un juicio penal internacional por haber contribuido al aumento de emisión de gases de efecto invernadero y el consiguiente calentamiento global.

Evo Morales, mediante decreto presidencial, amplió la frontera agrícola tratando de justificarlo por el aumento poblacional y propició la “quema controlada” de 700.000 hectáreas. Jair Bolsonaro, por su tozuda incredulidad respecto al fenómeno del calentamiento global, auspició la quema de 925.000 hectáreas.

Para que el lector pueda dimensionar el espacio incendiado, la cifra corresponde a dos veces la extensión de Quito.

Según la OTCA, existen 30.000 especies de plantas vasculares que tienen complejos sistemas de reproducción, se alojan también 2,5 millones de especies de insectos, 2.500 especies de peces, más de 1.500 especies de aves, 550 especies de reptiles y 500 especies de mamíferos. A más de las especies animales, en este territorio habitan 420 tribus con capital lingüístico asombroso: 86 lenguas diferentes y 650 dialectos.

Hace más de 20 siglos, el filósofo Aristóteles afirmó, de manera revolucionaria para la época, que las plantas tenían un alma, un alma nutritiva no sensitiva. Pero les asignó un alma.  Una investigación realizada por Universidad de Wake Forest asevera que existe semejanza entre la reacción de las plantas y el sistema nervioso que poseen los animales.

Si hablamos de los animales, estamos hablando del ser humano. ¿La diferencia? las plantas no causan ningún daño a su hábitat. En cambio, el ser humano es el único animal que puede destruir su propio entorno. ¿Y si las plantas fueran seres vivos con sentimientos? (O)

Contenido externo patrocinado