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El Telégrafo
Rosalía Arteaga Serrano

La impunidad también es violencia

15 de octubre de 2019

La especie de pesadilla vivida por gran parte de los ecuatorianos y sobre todo por quienes habitamos en la ciudad de Quito tuvo un resultado predecible, la derogatoria del decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles.

Pero al margen de este tema, que tiene que ver con la estabilidad y el futuro económico del Ecuador, que ciertamente se ponen en peligro por la derogatoria, el saldo que queda luego de 11 días de paro es en verdad lamentable.

Quito sitiada, buena parte de las ciudades de la sierra ecuatoriana también. Amplios sectores de la ciudad convertidos en campos de batalla. La destrucción de sus vías y edificios es evidente. Los muertos, los heridos, la sensación de inseguridad. El confinamiento en las casas para muchos.

La sensación de que las cosas difícilmente volverán a ser las mismas. Todo esto han significado estos días de paro, en el que se advirtieron tintes de manipulación y violencia como no se habían visto nunca en nuestro país.

La invasión de la que fue objeto la capital de los ecuatorianos deja un sabor de inseguridad que no será tan fácil de superar, ataques que no se circunscribieron al centro histórico de la ciudad, sino que se extendieron a diversos sectores no solo del Distrito Metropolitano sino también a los valles, asaltados por grupos violentos que incluso obligaron a las personas a plegarse a las medidas tomadas.

Luego de que los ánimos se calmen, debe venir la investigación objetiva de los hechos, la determinación de los males y destrozos causados, sobre todo el asalto y quema del edifico de la Contraloría General del Estado, pero también determinar quiénes fueron los culpables del ataque a los pozos petroleros, a las fincas florícolas y tantos desmanes más.

No hay nada más pernicioso para una sociedad que saber que los delincuentes pueden quedar impunes, que quienes han sido culpables de los hechos vandálicos no sean enjuiciados y reciban el castigo que se merecen.

Por ello habrá que vigilar las ejecutorias de fiscales y de jueces, para garantizar que se cumpla la ley porque la impunidad es también un tipo de violencia. (O

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