Quien ayuda se ayuda. La explicación de esta paradoja la tenemos que escrutar en una relación ontológica que traspasa a los seres humanos y que se expresa en la necesidad de los otros. Tenemos necesidad de los otros porque tenemos necesidad de mundo. Queremos ser mundo y escapar a la soledad, que es la posibilidad siempre latente de fracasar en nuestra aproximación al mundo, que es la posibilidad de la realización de nuestra humanidad.
Esa aproximación solo se resuelve en libertad, y por eso la libertad ha sido considerada como un principio fundamental, pero siendo fundamental la libertad, en realidad solo resulta ser un medio para cumplir con el verdadero principio, que tiene que ver con ese acercamiento solidario al mundo.
El acercamiento al mundo requiere de la generosidad del don y del respeto absoluto por la vida y la vida de los otros, cosas inservibles en un contexto cultural neoliberal donde el cálculo económico proscribe todo tipo de sensaciones y sentimientos que no concluyan en la monetización de la vida.
Ese sistema perverso indica que el ideario de la vida está en recibir, y solo en recibir más y más, no en dar, o al menos no en dar sin pensar primero en recibir. Pero no vivimos en el falso mundo de la independencia absoluta, distorsión neoliberal, sino en el mundo de las interdependencias que funcionan gracias a la libertad y la igualdad. Una relación de dependencia no es ni libre ni solidaria, es decir, no es auténtica. La relación de dependencia es el reverso odiado de los principios basados en la libertad.
Solo la comprensión de la magnitud de la interdependencia nos permite pensar en la potencia de la solidaridad no solo para la realización de una economía decente, sino de una vida digna. Nos necesitamos unos a otros, esa es la realidad, pero nos necesitamos con nuestra propia humanidad bien desarrollada, no subdesarrollada.
La explotación de los otros solo conduce a un mundo más pobre en todos los sentidos. Solo la solidaridad, y el desarrollo libre y equilibrado puede generar ese contexto de salud individual y colectiva. (O)