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El Telégrafo
Rosalía Arteaga Serrano

IH-IA

09 de julio de 2024

Tuve la suerte, hace unos pocos días, de conversar con Eva Asencio, profesora de economía de la Universidad Internacional de la Rioja, dotada de una amplia experiencia en proyectos de innovación en entidades como Movistar o el Banco Mundial, y debo decir, pese a mi preocupación relacionada con el avance imparable de la Inteligencia Artificial, de la que tanto se habla, que me quedé con un regusto de esperanza sobre el futuro de la humanidad.

Esta esperanza se basa en su entusiasta defensa de la preeminencia de lo que ella denomina IH, es decir Inteligencia Humana, sobre la IA, entendiéndose por tal la Inteligencia Artificial.

Las capacidades humanas puestas de relieve, serán capaces de direccionar este instrumento tecnológico que es la Inteligencia Artificial, instrumentalizarlo para bien, optimizar las propias capacidades humanas en el sentido de todo aquello que denominamos habilidades blandas, que en realidad son las más potentes y que tienen que ver con la empatía, la solidaridad, el respeto a los derechos de los otros, la necesidad de incidir en temas como la salud mental, que tan gravemente afectada ha sido por la pandemia pero también por el aislamiento que las personas se autoinfligen concentradas en su relación con los aparatos tecnológicos.

De ahí que tal vez tengamos que hablar de una especie de nuevo amanecer en la que ciertas profesiones y habilidades adquieran mayor relevancia, precisamente para devolverle al ser humano su humanidad, su capacidad de relacionarse con los otros, sin la necesidad de la intermediación de aparatos o equipos.

De igual manera, hay un aspecto muy importante, inclusive en la relación entre alumnos y profesores, que es volver a la oralidad, recuperar el sentido del diálogo, a manera de esa mayéutica de la que nos hablaban los antiguos filósofos griegos, de tal manera que motivemos el deseo de aprender más y de exponer esos conocimientos, sacándolos a la luz a través del diálogo que tan enriquecedor suele ser.

Así, con el auxilio de formas que parecían en desuso pero que son tan vigentes, podemos aspirar a un futuro en el que las relaciones humanas se privilegien y en el que la IH mantenga su predominio frente a la IA.

 

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