Las mujeres nos pasamos reclamando que los hombres compartan con nosotros los roles de cuidado sin lograr respuesta todavía. Algunas jóvenes son conscientes de que sus parejas no serán buenos compañeros en la crianza de sus hijos y por ello deciden no tenerlos. Los varones, en general, no toman conciencia de la importancia de la anticoncepción y dejan a las mujeres toda la responsabilidad sobre este tema. Muchas de ellas tampoco previenen y se ponen en la situación de tener hijos enfrentándose a criarlos solas, pues demasiados hombres procrean y luego abandonan a sus hijos. Además, se resisten a participar en su manutención y cuidado.
La realidad agrava nuestras preocupaciones. Una recientenoticia nos horroriza: un policía en Ibarra mandó a matar a su hija de pocos meses para no tener que pagarle la pensión alimenticia. Es una situación que constatamos todos los días: los padres –en particular, los que provienen de situaciones sociales y económicas difíciles– se resisten a la obligación de mantener a sus hijos y pasar por demandas de paternidad. Que la violencia masculina llegue a semejantes dimensiones es antinatural y amoral; muestra lo descompuesta que está nuestra sociedad. Lairresponsabilidad machista campea y está profundamente arraigada entre nosotros. Como resultado, miles de niños no reciben manutención ni cuidado de sus padres: solo y exclusivamente los reciben de sus madres. Las familias monoparentales son una realidad creciente en Ecuador. En 2015 existían ya más de un millón de mujeres jefas de hogar. Con seguridad ese número se multiplicará en los resultados del próximo censo de población.
Huairapmushcas. Hijos del viento. Millones de niños ecuatorianos viven en familias en las que la madre es la única responsable de mantener, cuidar, educar, sanar, alimentar y criar a sus hijos. Los efectos en los niños sin padre pueden llegar a ser verdaderamente devastadores. No es exagerado afirmar que la crisis criminal que tiene el país responde en mucho a la estructura familiar. Al momento, no tenemos suficientes cifras para el Ecuador, pero podemos extrapolarlas de los estudios de familias en América Latina: alrededor de una cuarta parte de los niños se van a dormir en hogares donde sus papás no conviven con ellos. La ausencia de sus progenitores tiene un grave impacto en las personas y en el conjunto de la sociedad. Veamos a qué conclusiones llegan, en los Estados Unidos, las investigaciones de la Iniciativa Nacional para Promover la Paternidad, recientemente publicadas en elartículo “Las estadísticas no mienten: los padres son cruciales en la vida de los individuos”.
La ausencia del padre en el hogar impacta a los hijos dediferentes formas. Esos niños tienen: cuatro veces más posibilidades de crecer en medio de la pobreza; más probabilidades de tener problemas de comportamiento; el doble de posibilidades de morir en la infancia y mayor propensión a salirse de la ley y ser encarcelados. Adicionalmente, las niñas tienen: siete veces más probabilidades de quedarse embarazadas en la adolescencia; el doble de posibilidades de tener obesidad y de dejar el colegio sin terminarlo; mayor propensión de sufrir abuso y abandono, y de utilizar drogas y alcohol.
Como hemos visto, el padre juega un papel muy importante en la crianza de sus hijos. El desarrollo de la autonomía del niño, sus sentimientos de seguridad, la configuración de su identidad de género y el desarrollo de su sistema moral dependen en gran medida de la influencia de él. Tradicionalmente se ha considerado que el padre es el protector y el defensor de la familia. Ya lo decía Freud: el padre es el símbolo de seguridad, poder y autoridad para el niño.
Los estudios demuestran también que, cuando los padres se involucran, brindan apoyo en la crianza de los hijos y sirven como modelo para su desarrollo. En comparación con los niños que tienen padres no involucrados, los niños con un padre cariñoso y comprometido tienen muchas más probabilidades de desempeñarse bien en la escuela, tener una autoestima saludable, ser empáticos y comportarseadecuadamente en la sociedad. Además, los padres más cercanos a sus hijos, ya sea que vivan o no con ellos, pueden ayudar a fomentar su desarrollo saludable en lo físico, emocional y social.
El Código de la Niñez y Adolescencia y las leyes del país protegen el “derecho de alimentos” que regula la relación parento-filial. Este constituye un derecho de los hijos y una obligación que deben cumplir los padres. Las pensiones alimenticias que se derivan de las normas tienen como finalidad garantizar a los hijos su derecho a una vida digna y a que puedan satisfacer sus necesidades básicas.Ese derecho –que es un avance importante en la legislación ecuatoriana–, sin embargo, no es suficiente.
El Estado debe afrontar la realidad de las familias monoparentales y fomentar explícitamente la paternidad responsable. Lo puede hacer financiando programas que integren servicios para que los padres logren estabilidad económica, se eduquen en la concepción responsable, se hagan parte integral de una familia cuando la procrean yaprendan a controlar su comportamiento agresivo y sus adicciones. Es indispensable que el Estado prevenga –con campañas públicas dirigidas a ambos sexos– cómo se llega a la violencia doméstica, al feminicidio y al maltrato infantil. Hace falta que el Estado realice una acción urgente y vigorosa para disminuir este mal endémico que afecta a los individuos y a la sociedad entera: la de los/ashijos/as sin padre.