Estoy maravillada. He vuelto a mis años mozos. A JoniMitchell la Berklee School of Music le ha concedido un doctorado. Ella, que siempre había desdeñado múltiples honores del sector comercial de la música, esta vez se sintió honrada al provenir su título de la academia. Dijo en su discurso de agradecimiento que le habría gustado mucho que su madre hubiera podido verla recibir tal honor, pues siempre le mostró decepción porque Joni había abandonado la universidad.
Me he puesto a oír la música de esta entrañable cantante a quien escuchaba en California a principios de los setenta. “Both sides now”. “Big yellow taxi”. “A case of you”. “River”. Hermosas melodías y letras llenas de sentimientoy contenido. Joni incursionó en la musica pop, pero fue moviéndose entre el folk, el rock y el jazz.
Descrita como “la voz de una generación”, Mitchell ha sido aclamada por su influencia en los estilos y sonidos que dieron forma a la música y a la cultura norteamericana del siglo XX. La presidenta de Berklee, Erica Muhl, al concederle el título declaró: “Desde su debut a fines de la década de 1960, Joni ha sido una fuerza que ha cambiado la industria por su compromiso inquebrantable de lograr el estatus que le corresponde como una de las mejores músicas del mundo, abriendo, así, el camino para las mujeres en este campo”.
Poeta, compositora, música, productora y pintora. La vida de esta artista no ha tenido senderos trazados. En su biografía Joni Mitchell in Her Own Words –publicada por ECW Press en 2014–, revela capítulos muy duros de su vida, como la poliomelitis que la atacó cuando era una niña, los ataques de ansiedad que tenía y la enfermedad de la piel que la mantuvo alejada de los escenarios. Uno de los más dolorosos es haberse visto forzada a entregar en adopción a su única hija, pues casi no tenía qué comer y el padre de su niña le había abandonado. A pesar de que a Joni le gustaba mantener su vida personal fuera del ojo público y nunca confesó este acontecimiento, una compañera de cuarto en la universidad vendió la historia en 1993 a un periodista. Madre e hija finalmente se conocieron en 1997, pero no pudieron mantener el vínculo.
A la vida de Joni y a su suerte de mujer íntimamente ligada a la escena musical de su época le debemos lo mejor de su producción: “Aunque Mitchell comenzó su vida como compositora, pronto empezó a disfrutar de ser el centro de atención [por sus conciertos], y lo hizo con el corazón en la mano [...]. Mitchell ganó notoriedad por derribar el ‘mito del músico’ y conectarse con sus fans con temas universales que llegan al corazón y a la mente”,dice Jack Whatley en su interesante artículo en Far Out. Y prosigue: “Es relativamente fácil trazar la vida y la época de Joni Mitchell simplemente revisando su discografía. En el devenir de su producción, la cantante ha registrado con precisión cronológica su vida: el amor, la pérdida, la confusión y los tiempos gratos”. El crítico hace un recorrido por las canciones y las circunstancias que produjeron las relaciones de amistad y amor que mantuvo con cantautores de la talla de Chuck Mitchell –su primer esposo–, Leonard Cohen, James Taylor, Neil Young, David Crosby y Graham Nash, los tres últimos, nada más y nada menos, integrantes del grupo Crosby, Stills, Nash & Young. Todos ellos figuras clave de la música y la contracultura estadounidense de la década de 1970 que han gravitado hasta hoy. La misma Joni, en la autobiografía citada, describe la época: “La industria del rock ‘n’ roll es muy incestuosa. Todos hemos interactuado y hemos sido, unos de otros, la fuente de muchas canciones. James [Taylor] ha escrito canciones para mí, yo he escrito canciones para él. Graham y yo hemos hechocanciones el uno para el otro”. Todos guardan buenos recuerdos de ella. De hecho, Leonard Cohen, en su momento, dijo que “vivir con ella era como vivir con Beethoven”.
Terri Lyne Carrington, fundadora y directora artística del Instituto de Jazz y Justicia de Género de Berklee, comentó así la entrega del doctorado: “Estoy encantada de que al fin podamos honrar a Joni Mitchell. Su carrera y sus principios sociales representan los valores que persigue nuestro instituto: imaginación, libertad, equidad e identidad. No puedo pensar en nadie que lo merezca más”.
Esta gran guitarrista y pianista que ha pintado las portadas de sus discos tuvo el mérito de mantenerse a lo largo de su carrera como artista independiente. Mitchell obtuvo decenas de nominaciones a los premios Grammy, ganando diez de ellos, entre los que estuvo el premio Lifetime Achievement Award en 2002. Su nombre está en el Salón de la Fama de los Compositores Canadienses. Ha sido galardonada por Billboard con el premio Century, una distinción por logros creativos que pocos ostentan. En la edición anual de los premios del Kennedy Center de 2021fue honrada por ser una “maestra en su oficio”. Hace un año, la cantautora recibió un Grammy al Mejor Álbum Histórico por Joni Mitchell Archives, vol. 1: The Early Years (1963-1967) y fue distinguida como la persona del año MusiCares 2022 por la Academia Norteamericana de Grabación.
Hago mías las palabras del Centro Kennedy: “Joni Mitchell permanece como un ícono de la música moderna y es una de las creadoras más influyentes de nuestra época. Casi 60 años después de sus primeras actuaciones en cafeterías y clubes nocturnos canadienses, la leyenda del genio de Mitchell sigue creciendo [...]. Mitchell redefinió el papel de las mujeres músicas al supervisar todos los aspectos de sus álbumes, es decir, la composición de canciones, los arreglos, la interpretación, la producción y el arte”. Y una buena forma de cerrar este artículo es tararear sus versos: “I’ve looked at love from both sides now. / From give and take, and still somehow. / It’s love’s illusions I recall. / I really don’t know love at all”.