La partidocracia en extinción legó a las nuevas generaciones, en particular a los estudiantes desorientados, la creencia de que la fama, el dinero fácil y el poder se consiguen mediante la incorporación a las tiendas políticas de derecha o a la seudoizquierda. Algunos jóvenes acosados por ambiciones de empleo y en la búsqueda de una vida fácil se enrolan en agrupaciones partidistas sin ideología definida, mientras otro mayoritario sector se pronuncia por una oportuna preparación académica, como el único recurso que lo convertirá en ciudadano capaz y útil para servir a su familia, a la sociedad y a la patria.
Tras las continuas derrotas de la partidocracia, y casi exterminada por la carencia de líderes, insurgen a manera de sobrevivientes una proliferación de grupos políticos, atraídos por las lecciones de sus antepasados, que en su tiempo consideraron a la política como un rentable negocio. Esos mercaderes, una vez que llegaron al poder, se beneficiaron y luego se escondieron para disfrutar de sus fraudulentas utilidades.
Los necios que se resisten a perder definitivamente sus privilegios y a ignorar que llegó la hora del cambio, pretenden sobrevivir exhibiendo el membrete de la “nueva izquierda” en componenda impúdica con la derecha retrógrada y sus tradicionales enemigos. Los mismos rostros enrojecidos de vergüenza promueven ridículos plantones y recolección de firmas, en su desesperación por reactivar sus ajetreos políticos como la única vía que han utilizado siempre para asegurar el rendimiento de sus negocios.
La proliferación de los partidos políticos, un mal que atentó contra la honradez ideológica y causó confusión, en los sectores populares para identificar a sus defensores, arribó a su fin con el advenimiento del gobierno de la Revolución Ciudadana, pero lamentablemente, con el apoyo de las “prensa independiente”, se mantienen esos grupúsculos, en protección de sus ambiciones personales, Los mercenarios de la política y la “prensa derechista” fingen ceguera para no ver el avance de los planes de vivienda, obras viales, salud, educación gratuita, protección a los minusválidos y, en general, un cambio de vida de los ecuatorianos menos favorecidos económicamente. La derecha y sus aliados, la prensa independiente y la Iglesia católica optan por defender la explotación del hombre y al sistema usufructuario. La izquierda significa transformación
y compromiso por el imperio de la justicia social.