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El Telégrafo

Hacia una salud eficiente y con connotaciones éticas

18 de noviembre de 2011

La III  Asamblea   General de la Asociación  Médica Mundial, reunida en Londres  en octubre de 1994, estableció los  principios éticos básicos, con los cuales se da  cumplimiento a las exigencias de un Código de Moral Internacional, denominado de “Ética  Médica”.

En él  se hace notar que el profesional  que eligió las carreras biomédicas, para ejercerlas en el marco de una sociedad, jamás  podrá evitar la responsabilidad  legal de generar el clima  y la acción para aliviar las dolencias de sus semejantes, de igual manera  no tendrá por qué eludir  sus desaciertos  por una ineficiente conducta,  no solo en el campo de la salud, sino  también en la vida ciudadana.

El saber, las técnicas de la medicina  para el galeno que las ejerce deben ser prudentes, cuidadosas y responsables, en cualquier acto profesional, ya que la vida humana  de muchos es entregada a sus cuidados.

Por todo ello  hay que solventar en nuestra patria –ahora que hay un gobierno responsable por el bienestar de los ecuatorianos- un sistema que sea capaz   de manejar mecanismos para reducir  las posibilidades  de actitudes y comportamientos negligentes o de cuestionamientos nocivos en la relación médico-paciente-familia, y así lograr que el trabajo científico y humanitario  del personal médico y paramédico conlleve  la realización  de una gran  gestión que permita minimizar los efectos perniciosos  causados por la impericia  o el descuido en la asistencia.

Por ello es fundamental el cambio de mentalidad  de las nuevas generaciones de los discípulos de Hipócrates, sustancialmente en todo aquello que hace referencia  con los deberes y los derechos   de los enfermos. Las organizaciones  académicas  formadoras, las estructuras jerárquicas de la institucionalidad de salud, deben insistir en el trato  amable y solidario, eficaz y eficiente,  con calidad y calidez, con el que se debe construir la nueva arquitectura  del novísimo sistema de salud del país.

En mi modesto criterio, las políticas de atención médica para la población ecuatoriana  deben tener tres pilares:

1.- La prevención,  en un proceso  permanente de control y supervisión  biomédico a la mayoría de los habitantes de la nación.

2.- La pertinente identificación  de la  exigencia del doliente  y su anamnesis  debe ser prioritaria, para que de esta forma se maximice  la efectividad profesional  y se reduzcan enormemente los márgenes de error.

3.- La atención inmediata  frente a enfermedades de riesgo  o de alto riesgo.

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