La revolución (en la filosofía, teología, política, economía, derecho, justicia tributaria, sociología, psicología, moral, educación, salud, alimentación, arte, deporte, cultura, forma de vida y relación con la naturaleza, etc.) constituye un cambio profundo y radical “que busca reconstituir la sociedad sobre principios nuevos” …”opuestos a los del régimen anterior y sustituir el orden antiguo por un orden nuevo”. (Louis-Marie Morfaux). Los cambios revolucionarios en las sociedades, en el pasado, en general fueron violentos y muchas veces sangrientos. Fueron acompañados de una verdadera dictadura policial y militar.
La nueva concepción de la revolución, la del socialismo del siglo XXI, producto del cambio de época (que también es un cambio revolucionario) supera el dominio y beneficio de un grupo sobre el conjunto de la sociedad, por el de la participación y contribución justa de todos los sectores económicos y sociales involucrados, al servicio y fortalecimiento del bien público y en especial de los sectores más desfavorecidos.
La nueva revolución es pacífica, es más amplia en sus objetivos, diferente en sus procedimientos. Su fortaleza es la nueva conciencia: la fuerza de las convicciones, el autoconocimiento, la nueva y buena forma de vida, el control social, el cumplimiento de las responsabilidades de todos, para que exista una felicidad general. Una de las revoluciones fundamentales es el pago de los impuestos de todos los ciudadanos y empresas, con relación a sus ingresos y/o ganancias, que sustente el resto de revoluciones.
En el proceso revolucionario que está viviendo el Ecuador y la humanidad, la lucha se traslada hacia una guerra de las ideas, en todos los medios de comunicación, entre los que manipulan la información, mienten y tratan con sus ideologías negar y justificar la inmoralidad, la injusticia, la explotación, la miseria, la libertad de unos pocos de hacer y decir lo que quiera, la destrucción ambiental, etc. y las personas, ciudadanos y grupos sociales que quieren el buen vivir para todos.
No puede existir una revolución con personas de estrecha cultura, escasa educación y pobre ciencia y tecnología. Siempre se puede realizar una revolución interior, individual.
El cambio revolucionario en la sociedad se da cuando las ideas de libertad individual, liberación y responsabilidad social forman parte de la conciencia de la mayoría de las comunidades, transformando sus realidades, preservando la vida.