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El Telégrafo

Hacia el fin de la piratería

04 de noviembre de 2011

El pasado jueves 27 de octubre se realizó en Guayaquil un acto de enorme trascendencia para la cultura del país. Se lanzó la primera colección de cine ecuatoriano con las películas más significativas de los últimos 30 años. 

“Dos para el camino”, 1980 (Jaime Cuesta y Alfonso Naranjo), “La Tigra”, 1990 (Camilo Luzuriaga); “Ratas, ratones y rateros”, 1999 (Sebastián Cordero);  y “Fuera de juego”, 2002 (Víctor Arregui), han sido remasterizadas, e incluyen subtítulos en cinco idiomas, por el Consejo Nacional de Cine. Pero esto no es lo trascendente, sino su mecanismo de distribución y circulación.

Como parte del proceso de regularización y legalización de los comerciantes informales se firmó un convenio para que la Asecopac (Asociación Ecuatoriana de Comerciantes y Distribuidores de Productos Audiovisuales y Auxilios Mutuos) comercialice los 20 mil ejemplares que se editaron a un precio de solo 2,99 dólares. Es decir, las películas originales son vendidas a través de una red de 1.500 locales en todo el país. 

Todos los derechos de autor y las leyes vigentes de propiedad intelectual han sido respetados. Es más, se ha pagado a los directores por adelantado. Algo que hasta hace poco era sencillamente impensable.  Al punto que, por ejemplo, de la película “A tus espaldas” Asecopac vendió más de 40 mil ejemplares, y su director Tito Jara recibió el pago por adelantado, algo que cuando rotó su filme jamás imaginó.

Este es un proceso que se inició en  2008 con el ministro Galo Mora y que, entonces, varios medios de comunicación aseguraban que era “legalizar la piratería”.  Nada más falso. Toda campaña de sensibilización para no comprar CD piratas ha sido y será infructuosa, de ahí la importancia de este innovador proceso (en el que participan trece entidades del Ejecutivo) que permitirá, en el mediano plazo, no solo eliminar la piratería, sino fortalecer el mercado de las industrias culturales, garantizar los derechos autorales y de propiedad intelectual y fomentar la producción nacional.

La clave es el compromiso de Asecopac (y todas las asociaciones que formen parte del proceso) para el retiro total de todas las copias de música, películas y productos audiovisuales, de producción nacional, que no cumplan con el pago de derechos de autor.  Por el momento contempla a la producción nacional, pero el reto es incluir también la producción internacional.

Ahora son miles de familias ecuatorianas que han regularizado su situación y miles de ecuatorianos que tienen acceso a películas originales y centenares de artistas nacionales que reciben, al fin, el pago de sus derechos.  Y no es una película de ficción, es la purita realidad.

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