Casi desde los inicios del proceso revolucionario, Cuba ha sido motivo de innumerables portadas periodísticas y notas de prensa alrededor del mundo. Habla mucho de la importancia de la gesta, la atención concedida -por las mayores potencias mundiales- a un país con un territorio y población relativamente pequeños. Ello, porque la revolución liderada por Fidel Castro es, sin dudas, el mayor acontecimiento histórico para América Latina durante el siglo XX, alrededor del cual se polarizó la opinión mundial.
En ese contexto vale la pena comentar lo acontecido con algo más de un centenar de cubanos que han protagonizado acciones derivadas de su interés por viajar a Estados Unidos, para lo cual trataron, sin éxito, de conseguir el apoyo de México y, posteriormente, el de Ecuador, al que pedían un traslado aéreo para llegar a las fronteras del país del norte.
¿Cómo arribaron a Ecuador los isleños? Al parecer, siguiendo una ruta increíble que pasaba por una isla caribeña y Brasil, entrando al país por la vía oriental, sin que muchos de ellos portaran la visa que se exige desde fines del año anterior, debido al hecho comprobado de que muchos trataron de convertir al nuestro, en trampolín para llegar desde allí a otros destinos. Ningún ciudadano de América hubiera buscado un tránsito tan tortuoso, pudiendo hacerlo en forma directa con solo acercarse a nuestra embajada.
¿Cuál es entonces la razón para hacerlo? La principal es común a una parte de todo el territorio latinoamericano e incluso mundial: muchas personas buscan- con legítimo derecho- residir en espacios en los cuales creen que lograrán aquello que no encuentran en sus lugares de origen. La pobreza es el principal estímulo para la inmigración en este lado del hemisferio, al que se suman en el resto los problemas creados por guerras civiles y terrorismo.
En el caso cubano, promueve el éxodo la hostilidad norteamericana hacia la revolución. Cuando aún no triunfaba la insurrección, ya se alistaban medidas para impedir su éxito. Cuba ha soportado invasiones armadas, atentados terroristas y un bloqueo económico que se mantiene e impide el normal desarrollo del país. En ese contexto está la ley resumida en ‘pies secos, pies mojados’, que otorga todos los beneficios a quienes arriban a territorio americano. La situación económica de la población es difícil, pese a los gigantescos esfuerzos del Gobierno en ámbitos de educación, salud y cultura. Quienes deben responder por el incentivo a desplazarse ilegalmente son el Gobierno americano y las mafias que lucran con los deseos de los emigrantes.
Ecuador solo estaba obligado a otorgar la condición de refugiado a quien lo solicitara. Pero ninguno lo hizo, pues abiertamente manifestaron que no querían quedarse aquí. Solo la mala fe y la oposición al Gobierno explican la desinformación mediática. La única solución está en manos de EE.UU., que debería poner fin al bloqueo y a las aberrantes políticas contra un país que solo defiende su integridad y soberanía, al tiempo que mantiene su mano solidaria hacia todos los pueblos del mundo. (O)