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El Telégrafo
César Hermida

Hábitat y adultos mayores

10 de septiembre de 2016

Después de cincuenta años seguramente Ecuador hará una meseta poblacional y no pasará de los veinte millones de habitantes. Para entonces tendrá un porcentaje cercano al 20% de adultos mayores de sesenta y cinco años y más. Esto será un logro y no una preocupación, pues dichos adultos tienen cada vez mejor calidad de vida, son más productivos, ya no requieren como antes de muchos servicios sanitarios, y han resuelto -con instrumentos, prótesis, órtesis y otros- una serie de limitaciones o discapacidades. Por lo tanto, no serán una carga, sino un grupo de notable aporte social.

Hay tres tipos de ambientes o hábitats: el ‘lugar’ en donde se cumple de manera cotidiana la actividad nutritiva y la sexual o procreativa de la vida familiar, es el ‘hogar’; el ‘paisaje’ rural o urbano del grupo laboral y cultural del trabajo; y el denominado ‘territorio’ como ambiente general social que va desde aquel de la gobernanza local hasta el nacional con la presencia del Estado-nación. Aparece entonces la pregunta: ¿cómo estos ambientes habitacionales o hábitats se planifican en función de equidad generacional?, es decir, ¿se diferencian en cuanto a sus usos para los niños, los adolescentes, los adultos y los adultos mayores?

En el paisaje rural ecuatoriano vivía hasta hace pocas décadas la mayoría de la población, pero hoy ese porcentaje es menor que el urbano. La mayoría vive ahora, como en todo el mundo, en ciudades. En el campo los adultos y adultos mayores participan en las siembras, las cosechas y la preparación de los alimentos naturales y los consumen en forma adecuada. Para lo anterior se ejercitan físicamente de modo cotidiano. El problema es que aún tienen un alto número de hijos y de personas viviendo y durmiendo en una sola habitación.

En la ciudad el lugar de la vivienda suele estar muy alejado de aquel del trabajo y del acceso a los servicios de salud, educación y otros. Para el paisaje urbano, hace poco, el MIES y el Instituto Nacional de Investigaciones Gerontológicas organizaron el taller ‘Ciudades accesibles para adultos mayores y personas con discapacidad’ (los adultos mayores sufren leves pero progresivas discapacidades visuales, auditivas, de movilidad y otras).

La OMS propone el enfoque de ‘Ciudades saludables’, y en ese contexto el de ‘Ciudades amigables’ con los adultos mayores. ¿Están planificando en este sentido los municipios y entidades centrales, y enseñando, investigando y vinculándose con esas necesidades poblacionales las universidades? (O)

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