Es verdad que el presidente norteamericano debió tomar la decisión de alejarse de la posibilidad de correr por la reelección, algunos meses atrás, para abrir la oportunidad a su partido de organizar unas primarias y decidir quién encabezaría la fórmula electoral.
Pero también debemos reconocer que Joe Biden es un demócrata y un caballero, al dar un paso atrás y apoyar la posibilidad de que su vicepresidenta sea la candidata a la Presidencia de los Estados Unidos.
Recordemos que ya Biden, al escoger a Kamala Harris como su candidata a la vicepresidencia, le dio por primera vez a su país la posibilidad de que una mujer perteneciente a dos minorías raciales, fuera la primera que ocupara esa posición: mujer, negra, de origen asiático.
Kamala Harris intentó ya ser candidata a la presidencia de su país, presentó su precandidatura luego de una exitosa carrera como fiscal de su estado y luego como senadora, pero declinó precisamente para unificar la candidatura del partido demócrata.
Por supuesto habrá que ver cómo se mueven las fichas en el tablero del partido demócrata antes de llegar a la convención nacional del partido que ungirá al candidato o candidata designados.
Ya empiezan a aparecer varios nombres de los posibles sucesores de la candidatura presidencial, también se dice que por parte del partido Republicano se enfilan los cañones de una campaña en contra de la actual vicepresidenta de los Estados Unidos, campaña liderada por el propio candidato Trump, sin embargo, habrá que ver cómo se alinean las decisiones de los miembros del partido demócrata.
Lo cierto es que hoy por hoy los astros juegan a favor de que la más probable candidata a la Presidencia del país más poderoso de la tierra será Kamala Harris.