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El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

Gracias a la revolución revolucionarísima

20 de enero de 2021

Mafalda, la mejor politóloga que conocimos cuando niños, denunciaba la mala calidad de los gobernantes latinoamericanos. Tengo muy presente una viñeta inolvidable en la que Miguelito, personaje que encarnaba la ilusión y la inocencia infantil, se preguntaba: si hay tantos problemas graves con y tan malos presidentes, por qué no se crea una escuela para presidentes. Como siempre, Mafalda, acababa con los sueños de sus amiguitos y aquella ocasión, no fue distinta. El sueño de Miguelito desapareció cuando fue preguntado sobre cuáles serían los profesores…

Faltan tres semanas para elegir un nuevo presidente y cuatro meses para que Moreno sea reemplazado en Carondelet. Desconsolador resulta observar que pese a la cercanía de las elecciones, más del 50% de ciudadanos habilitados para votar, no sabe aún por quién.

En el mal llamado debate televisado, apenas pudimos distinguir cuatro, de los 16 candidatos que demostraron preparación. Diría que pueden ser nombrados con los dedos de la mano: Lasso, Hervas, Montúfar y Freile. El resto reprobaron el escrutinio de los ciudadanos informados.

Todos los tiros de los marquetineros políticos apuntan a los milenial, esa franja etaria que va entre los 16 y los 35 años y que representa el 44% del electorado.

Se trata de una generación que no conoció la devaluación de la moneda nacional llamada sucre. Desconocen que, en 1999 en ocho meses, el dólar subió de 4.000 a 18.000 sucres. Una generación que no fue a la tienda del barrio a comprar pan y descubrir que la misma palanqueta que el día anterior costaba 1 sucre había subido a 1,50. Una generación que no se inmuta con la pobreza de los venezolanos, argentinos, cubanos o de los nicaragüenses. A esa generación quizá no le importa si se desdolariza o no la economía.

¿En qué momento el Ecuador se malogró? En 1978, cuando el Ecuador volvió a la democracia, los colegios y las universidades conocían, discutían y reflexionaban sobre las constituciones de 1945 con la propuesta en aquel entonces en 1978. Gracias a la revolución revolucionarísima del correísmo, desapareció Cívica y el pensamiento crítico.

Frente a este escenario macabro, solo nos queda involucrar al millón y medio de adultos pasados los 60 años a que, con su voto, impidan que el Ecuador desaparezca.

El 7 de febrero solo hay dos opciones. El correísmo, la pobreza y el retraso versus el candidato que está más opcionado para iniciar el despegue económico...

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