En estos días el país se ha sacudido fuertemente por el anuncio hecho por el vicepresidente Otto Sonnenholzner sobre medidas económicas que va a dictar el Gobierno. Vienen condiciones exigentes para el vivir nacional. Me hago eco de lo dicho, pero no sé exactamente el contenido total del paquetazo.
Otto Sonnenholzner es un hombre ecuánime, de un gran liderazgo social y, según algunas fuentes políticas, podría ser el candidato del Gobierno a la Presidencia de la República. Eso daría una sorpresa política de grandes expectativas. Pero le ha tocado anunciar lo más feo, que nuestra vida económica va a cambiar al implementarse medidas económicas que nunca serán gratas ni populares.
Me ha extrañado que estas nuevas disposiciones que va a tomar el Gobierno las haya anunciado Otto y no la ministra de Gobierno, la Sra. Romo y el ministro de Finanzas, Ec. Martínez. Otto tiene un capital político enérgico que debe ser preservado y mantenido, si lo que se busca es que los planes y propuestas del Gobierno continúen en el próximo período presidencial.
También está el paro en la provincia de Carchi. Una reclamación antigua, pero con toda la intención política de causar desestabilización en el país. El correísmo está aprovechando este paro para crear agitación conspiradora contra la estabilidad democrática.
Correa nunca quiso atender los requerimientos de Carchi. Ahora el correísmo pretende solidarizarse con Carchi solo para desmejorar la imagen de Moreno y crear un ambiente negativo ante la implementación de las medidas económicas.
El Gobierno tiene que salir a hablar. Hablarnos a los ecuatorianos de qué se tratan las medidas económicas. Deben salir sus distintos voceros a quemarse la lengua para cuidar la estabilidad del país. El correísmo no tiene escrúpulos ni límites para desestabilizar y conspirar. La intención es sembrar caos, que nos haga olvidar el régimen de terror que impuso.
Cualesquiera sean las medidas económicas que proponga el Gobierno, debe salir a explicarlas. Los ciudadanos deben saber el porqué y para qué de las medidas que crean temores de dificultades. (O)