Las ciudades latinoamericanas son espacios comunes en donde se realizan actividades productivas, de convivir comunitario y en las cuales se busca el bienestar de la población por parte de los gobiernos. Con estos elementos el debate de las políticas públicas en las ciudades es central en la administración pública.
El pensar en la gestión de las ciudades es un tema que ha ampliado su importancia y que va de la mano con el propio crecimiento de las mismas. Las Naciones Unidas expresaron su interés en el 2008 por el crecimiento de la población urbana que superó a la rural del mundo y que de acuerdo con la proyección hasta el 2050, la población en las urbes llegará a ser un 70% de la población mundial.
Las ciudades son los grandes ejes de desarrollo de los Estados y del mundo, en donde se ven expresadas las economías nacionales. En varios estudios se observa que en ellas hay una concentración de los recursos energéticos del mundo, en estos espacios se verifican las desigualdades y desequilibrios sociales y que se miden en la calidad y acceso del trabajo, la calidad de los sistemas de vivienda, de infraestructura urbana, de salud, de educación, de seguridad, de entretenimiento y otros.
Estas condiciones generan una disputa entre las élites por la organización de la ciudad y que está directamente relacionada con la política y la ideología de los gobernantes urbanos. La organización de la ciudad refleja el modelo político ideológico de los gobernantes.
Dependerá del modelo urbano para, por ejemplo, mantener la fuerza de trabajo en la ciudad en favor de los grupos empresariales y que va de la mano con las condiciones que favorezcan los encuentros cotidianos, la producción de bienes, la prestación de servicios, el acceso a sus derechos.
Las ciudades son espacios de transformaciones sociales, donde la innovación emerge en los escenarios urbanos. La inclusión y la representación social y política está dentro del espacio de la ciudad, los movimientos políticos y sociales tratan de vincular lo local con lo global en lo cotidiano.
Hay una necesidad de colocar a la dialéctica local global dentro de los espacios socio-urbanos en una lógica que fortalezca el convivir en las urbes modernas, en beneficio de una ciudadanía plena, del habitante de nuestras urbes latinoamericanas. Se deben vincular las políticas públicas y la buena gestión pública a la complejidad de nuestras ciudades. (O)