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El Telégrafo
César Hermida

Geopolítica, ética y vacunas

14 de junio de 2014

La prensa informaba hace pocos días que ‘La campaña de vacunación era fachada para el espionaje’, que “Estados Unidos admitió que las jornadas de inmunización en Pakistán eran una falsedad y servían para espiar” (EL TELÉGRAFO 21 05 14).

Aunque se agregue que “las autoridades prometieron no usar ese recurso”, parece inconcebible que estos hechos sucedan. Desde luego esto explica por qué “la insurgencia islamita talibán declaró hace años la guerra a la campaña de vacunación contra la poliomielitis en Pakistán, bajo el argumento de que era un plan de Occidente para esterilizar a las musulmanas y también para encubrir actividades de espionaje”. El Washington Post revela que la Agencia Central de Inteligencia utilizó la supuesta campaña de vacunación como cobertura de operaciones de espionaje en Pakistán. La cobertura de la campaña de inmunización era la pantalla para la búsqueda del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.

Dice también la prensa que la Asistente para Seguridad Interior del presidente Barack Obama prometió que esas actividades no se repetirían en el futuro, respondiendo a una carta de 12 decanos de escuelas de salud pública.   

La geopolítica muestra la falta de ética de cierta institucionalidad que, para velar por la seguridad nacional, no tiene límites en el uso de procedimientos y medidas inmorales. Es una barbaridad que se utilice a la vacunación para ocultar otras intenciones, y que se sirvan de los programas de salud para otros fines, sin que importe la consecuencia ulterior de pérdida de imagen de los servicios de salud.

Las redes sociales informaron esos días que, a diferencia de los decanos que protestaron, “la OMS y Unicef saludan la decisión de EE.UU. de no usar las campañas de vacunación con fines militares. (Que) agradecieron el compromiso expresado por el Gobierno de  Estados Unidos…” (@onu_es). Es decir que no lamentan el hecho en sí mismo, ni señalan la falta de ética de esas acciones ni reclaman que se haya usado la campaña con esos fines, sino que, tímidamente, saludan la decisión de que no se volverá a repetir. Por lo menos, pensarán, y ciertamente es un avance, pues es seguro que estas acciones se producían antes y nadie las informaba, peor dentro de Estados Unidos. Por lo tanto, parece saludable que por lo menos se dé la promesa de que no se repetirán esos hechos.

En el mundo conviven buenas y malas intenciones, en todo lado, pero hay que cuidar que las malas se cubran con el velo y la imagen de las buenas.

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