Genocidio, la RAE, define como: “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza , etnia , religión , política o nacionalidad, Son palabras sinónimas, algunas escalofriantes, que por sí solas, cuando se leen o se escuchan aterran, dan miedo, causan pavor al solo imaginarlas, ¿ cómo será cuando estas palabras : exterminio, holocausto, matanza, masacre, se sufren in situ, en carne propia, convertidas en sangre y fuego, provocado por bombas con poder explosivo brutal, misiles hipersónicos, balas de todo calibre, disparadas de aviones, helicópteros, tanques, submarinos y soldados invasores de un país, que sin humanidad en el alma, en pleno SIGLO XXI arremete contra la población civil, de ciudades, pueblos, puertos, y aldeas, habitados por personas que hasta antes de que la bota militarista del agresor genocida penetre en su territorio vivían en paz, y de la noche a la mañana su calmo sueño, se haya convertido en pesadilla macabra a constatar: destruidos sus hogares, sus barrios, muertos padres, hijos, abuelos, amigos, vecinos, y todos los bienes materiales fruto del trabajo diario
“El diccionario PANHISPÁNICO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA define genocidio como: “Cualesquiera de los siguientes actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo. Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio, de 9 de diciembre de 1948, art. II. ECPI, art. 6.”
Genocidio: “Delito consistente en dar muerte o agredir de forma sistemática a los miembros de un grupo nacional, étnico, racial, religioso o determinado por la discapacidad de sus integrantes, con el propósito de destruir total o parcialmente dicho grupo.” Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio, de 9 de diciembre de 1948, art. II. ECPI, art. 6; CP, art. 607.
Ucrania bajo fuego invadida y pretende ser so juzgada, humillada, puesta de rodillas por un autócrata que sin rasgo de misericordia ha sentenciado a ese país a ser sometido a su voluntad, capricho, y ánimo expansionista, un tipo que no ha tenido recato en advertir al mundo de su decisión de llevarlo a la tercera guerra mundial.
Disidentes rusos, quienes no están de acuerdo con la invasión que genera la guerra, el enfrentamiento, la muerte de jóvenes de ese país, están siendo reprimidos, y las redes sociales han sido borradas del mapa, como los edificios, centros comerciales, y hogares en Ucrania de un fogonazo dispuesto por Putin, que ha instalado en Rusia para sustentar su guerra, su invasión, su conciencia, quizá, la censura a toda forma de comunicación e información que no sea la suya, la oficialista, la que poca gente cree o está obligada a creer,
No se ve el final del genocidio, ni de los días aciagos que están pasando los cientos de miles de ciudadanos ucranianos que han tenido que huir de su amado país, por la crueldad manifiesta de un ser humano.
Gran parte de la humanidad rechaza la invasión a Ucrania, y la vive en directo desde los medios que no controla el gobernante invasor. Europa se siente amenazada y las alarmas están activadas. El Presidente ucraniano ha demostrado tiento, talante, talento y coraje para mantener el liderazgo, y no claudicar en una confrontación desigual, en la que él sin duda es uno de los objetivos.
Ucrania clama por ayuda, lo recibido hasta ahora, ha servido para palear la catástrofe y mantener al país libre, pero parece poco. Sin entrar en el conflicto directamente, los países de la OTAN deben ser más generosos, ágiles y firmes en el respaldo a Ucrania, de lo contrario esos mismos Estados pueden lamentar tarde o temprano el no haberle plantado los pies al invasor que consuma cada día que pasa un genocidio en toda la extensión de la palabra.