La ciencia que estudia o describe la acción, relación, efectos y peligros que un fármaco tiene en un individuo genéticamente único o en una población con genes comunes, se llama farmacogenómica. La acción de un fármaco cambia de un individuo a otro y de una población a otra. También a la farmacogenómica le interesa otros fenómenos genéticos y epigenéticos (nutrición, estado psicológico, enfermedades concomitantes, deficiencias enzimáticas, uso de drogas, etc.) que afectan el desempeño de un fármaco en individuos o poblaciones.
Mientras la farmacología se centra solo en el fármaco como medio de curación, la farmacogenómica ve al individuo como un todo, donde el fármaco es solo una parte de la terapéutica para curar. Se conoce que en el mejor de los casos, un fármaco tiene un efecto real sobre el individuo (entendido como un conjunto de circunstancias) en un 60% de veces y los fracasos terapéuticos tienen que ver con el funcionamiento del conjunto de genes (genoma), por lo que la curación depende de más determinantes que solo del fármaco.
La farmacogenómica va en dos sentidos: Uno que obedece a los intereses del capital y encamina sus ensayos clínicos a la comercialización rápida de un fármaco, a veces omitiendo, como ya ha ocurrido, información sobre sus efectos adversos, u obviándolos porque no hay suficiente tiempo de uso para describirlos. El marketing se basa en las bondades de los fármacos y lo adverso se lo cubre. La otra visión de la farmacogenómica tiene mayor compromiso social, encamina los estudios a descubrir genes que diferencien a los individuos y poblaciones en aquellos a quienes un fármaco les sea más adecuado o les provoque daño.
Así, la salud pública debe enrumbarse hacia el uso de un fármaco respaldado en el perfil genético de los individuos y poblaciones, para tener el menor número de efectos adversos y mayor efecto farmacológico. Son menos costosas socialmente las pruebas genéticas para diferenciar a los individuos resistentes o susceptibles a un fármaco, que los gastos producidos por los efectos adversos, que llevan a la muerte de 100 mil individuos al año solo en USA.
La farmacogenómica da una nueva visión del uso de los medicamentos. Incluso la lista básica de medicamentos ecuatorianos debería incluir los marcadores genéticos que protejan al individuo y aseguren el mejor efecto. La responsabilidad sobre los efectos adversos debería ser de los productores, aunque esto no ha ocurrido en país alguno; mientras que los consumidores de medicinas debemos exigir pruebas genéticas para el consumo seguro.