Con motivo del encuentro nacional de movimientos sociales realizado en Quito (agosto 9), dirigentes y personalidades políticas anuncian la creación de un “frente de izquierda”. El FADI, organizado para las elecciones de 1978/79, hizo el primer intento de unión de las izquierdas, rechazado entonces por otros “revolucionarios”. Pero desde esa época nunca se produjo la convergencia de “todas” las izquierdas y de “todos” los movimientos sociales.
Lo ocurrido es un hecho inédito en la historia republicana del Ecuador. Desde 1979 ni siquiera León Febres Cordero (1984-1988), considerado el más derechista, autoritario, neoliberal, etc., tuvo la oposición tan unificada de las “izquierdas” como ocurre en el presente.
Todas ellas saludan haber olvidado viejos enfrentamientos, antiguos dogmas de separación y luchas ideológicas. Poseedores de la verdad y la pureza izquierdista frente al resto del país aún “engañado”, se abrazan anunciando un programa común para el futuro y contra la “traición” de quien simplemente se apropió de los “símbolos” de la izquierda para hacer un gobierno de derecha, capitalista, extractivista, autoritario, antidemocrático, criminalizador de las protestas sociales, etc. Coinciden con sus ataques líderes y partidos políticos de oposición, que cuestionan, además, el caudillismo, la intolerancia, la persecución a la prensa, la confrontación y hasta el “fascismo”, etc.
En cambio, para las élites empresariales, las oligarquías regionales y las otras derechas económicas y políticas, el gobierno de Correa más bien es “izquierdista”, socialista, incluso “comunista”, populista, “chavista”, “bolivariano”, estatista, “enemigo” de la libre empresa, del mercado libre y del capital extranjero, etc. Para estos sectores es claro que los izquierdistas de “fuera” o “dentro” del gobierno son lo mismo.
¿De derecha o de izquierda? ¿En qué quedamos? ¿A quién creemos? ¿Quién mismo tendrá la razón?
En Ciencias Sociales las ideas se prueban en la historia. De manera que hay que esperar que el frente de los sectores de aquellas izquierdas alejadas de todo despiste y confusión, tenga éxito. Al fin y al cabo, también ellos quieren conducir al pueblo ecuatoriano al “verdadero” socialismo.
Por lo pronto, la convergencia entre “izquierdas” y “derechas” se parece a lo ocurrido durante la Revolución del 28 de Mayo de 1944, en la que, como decía Velasco Ibarra, “se juntaron el comunista y el conservador, el liberal y el curuchupa”.