Aquellos que actualmente dominan el mundo, con muy poca inteligencia y menos sensibilidad, se han inventado una fórmula mortal, que entraña engaño y terror para intimidar a la humanidad y lograr lo que buscan: apropiarse descaradamente de las riquezas de aquellas naciones en las que implantan esta ecuación del mal.
Una fórmula que requiere de mucho dinero, el más moderno armamento, ausencia de escrúpulos, la participación de la prensa especializada en falsear los sucesos y engañar a las naciones, así como del “trabajo” de los “perros de guerra”, aquellos individuos sin conciencia ni principios que por una paga considerable se arriendan a los sectores más ambiciosos y sanguinarios de la Tierra, poniendo a las órdenes de sus patronos su larga experiencia en originar confrontaciones en suelo extraño, armando grupos de oposición al gobierno de aquella nación, de acuerdo a la decisión de quienes los alquilan.
Tal patraña ocurrió en Libia. Estados Unidos y los países europeos, miembros de la OTAN, alquilaron a mercenarios expertos de diferentes nacionalidades, quienes llegaron a la nación del Norte de África provenientes de sus países de origen. Estos especialistas de la guerra tenían por consigna provocar confrontaciones armadas con los grupos políticos que apoyaban a Muamar el Gadafi, lo que terminó en una cruenta guerra civil que no respetó templos ni guarderías infantiles o zonas residenciales. Y finalmente, tanto buena parte de los gobiernistas como el primer magistrado de Libia fueron eliminados ante las cámaras de la prensa internacional.
Y aplicando la misma fórmula del mal, ahora le toca el turno a la República Árabe de Siria, que como Libia es dueña de respetables reservas de petróleo, así como de gas natural y minas de fosfatos. Un bocado apetitoso para los países que están ávidos de asaltar tales riquezas. Desde un tiempo atrás, los mercenarios alquilados por Estados Unidos y los países de Europa han invadido la República ubicada en el Oriente Medio, y se sabe que estos extranjeros alquilados pasan por túneles construidos previamente desde Líbano para llegar a Homs, en donde se encuentra uno de los más fuertes bastiones del presidente Bassar Al-Assad y la refinería más grande del país socialista.
Se conoce, además, que mientras la prensa internacional, aliada de las poderosas naciones que dirigen la fórmula mortal, presentaba al mundo falsas noticias acerca de que eran los partidarios de Al-Assad quienes se oponían a que la Cruz Roja Internacional recogiera a los caídos en las calles de las ciudades del país invadido por los guerreros de alquiler, en realidad los hechos sucedieron en forma totalmente opuesta, pues son los mercenarios quienes luchan porque no sean rescatados muertos y heridos en lo que se trata de aparecer como una revolución civil en contra del presidente sirio.
Con tales antecedentes y luego de que Siria se vea convertida en ruinas, al parecer el próximo país en donde se aplicará la fórmula mortal será la República Islámica de Irán -78 millones de habitantes y grandes reservas petrolíferas-, a cuyo gobierno, presidido por Mahmoud Ahmadinejad, le están organizando graves problemas, bajo el pretexto del desarrollo del programa nuclear iraní, por lo cual Israel trata de animar a USA de atacar militarmente a la nación del Golfo Pérsico.