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El Telégrafo

Fidel, guerrillero del tiempo

18 de febrero de 2012

Alrededor de 120 intelectuales de diversas partes del mundo se reunieron con Fidel Castro  en el marco de la  XXI Feria Internacional  del Libro de La Habana. Entre ellos, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el mexicano Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005; los argentinos  Stella Caloni,  Atilio Borón y Miguel Bonasso,  los brasileños Frei Betto y Marilia Guimaraes, el uruguayo Daniel Chavarría, el alemán Harri Grünberg, el italiano Carlos Frabetti,  el tunecino Santiago Alba Rico, la salvadoreña Lina Cerritos,  Ignacio Ramonet, autor de la obra “Cien horas con Fidel”; y  un selecto y numeroso grupo de cubanos, como Fina García Marruz, Zuleica Romay, Abel Prieto.

Durante las nueve horas que duró la entrevista, Fidel sorprendió a muchos por su lucidez y extraordinaria memoria. Los más variados temas fueron abordados, entre ellos la preocupación por el agotamiento de los recursos naturales, los avances científicos y la escalada inglesa en las Malvinas.

Un  asunto que motivó especialmente a la concurrencia fue el papel de los medios de comunicación y su enorme poder. Ignacio Ramonet, tras afirmar que la información funciona como una mercancía, pero que “no consiste en vender información a la gente, sino gente a los comerciantes” y que el poder mediático es gemelo del financiero, planteó la creación de “un quinto poder” aprovechando las posibilidades de Internet y las redes sociales para elaborar “nuestra propia información”. Fidel insistió en la necesidad de que el pueblo esté bien informado y que se creen medios como Telesur, que permitan establecer criterios diferentes a los que emiten los “mass media” transnacionales.

Desde hace mucho, Fidel, “profeta de la aurora”,  se ha anticipado a señalar los peligros que acechan a nuestros pueblos. Fue el pionero en la denuncia de la deuda externa y en la necesidad de hacerle frente con políticas diferentes a las preconizadas por los organismos internacionales.

Ahora lo preocupa sobremanera el tema de la guerra y la urgencia de advertir acerca del carácter catastrófico que podría asumir, pues quienes tienen poderosas armas de exterminio “controlan cada vez menos las terribles fuerzas y los procesos que han desatado”.

Ante la pregunta de si debíamos estar tranquilos o desentendernos del asunto, su respuesta fue: “Para quedarse tranquilo hay que pensar en el problema y luchar contra él”.
Fidel  es   “guerrillero del tiempo” a  los 85 años y desde   los 27, cuando asaltó el Moncada.

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