En Argentina ganó el binomio Aníbal Fernández-Cristina Kirchner. Es increíble la recuperación política electoral del kirchnerismo. Acusada de todos los delitos posibles mientras ejercía el poder, con todos los juicios encima, ahora Cristina impone su sueño populista de traer la varita mágica y solucionar todos los problemas que afectan a los argentinos.
Macri apretó la derrota. De una catástrofe electoral que se venía, mejoró en la votación y puede ser que ya esté preparando su retorno en el próximo periodo. Macri perdió la confianza de los argentinos. Hizo un gobierno duro. Muy impositivo, al final su excesiva liberalización de la economía no le dio el resultado deseado. Así fue que el FMI y el Banco Mundial sellaron su derrota.
Pero, ¿quién es el ganador verdadero? ¿Es Fernández? o ¿es Cristina? Claro, ganó la democracia argentina. Decir eso es insuficiente. En Argentina ganó la Sra. Kirchner: resistió a Macri y en todo este tiempo lo convirtió en un juguete de ella. Todos los juicios contra Cristina no la llevaron a la cárcel. La justicia argentina protegió a Cristina y le dio inmunidad.
Cristina y Alberto son el juego del cazador y la presa. La mirada distingue al animal cazador: ojos saltones, decididos, implacables, define su ruta con la mirada, espera, espera…Fernández es la presa: mira para todos los lados, sus ojos saltarines quieren huir, listo para salvarse. Ahora esto: Cristina no ha compartido el poder con nadie ni siquiera con Néstor, su difunto esposo. ¿Quién caza a quién? Estos políticos latinos son iguales: viven enfrentándose y medio concilian y luego se echan agua caliente, estos políticos nuestros nunca se juran fidelidad eterna. Todo es conveniencia.
Fernández va a pelearse con la Kirchner. No le queda otra. Si no ella lo devora. Fernández no va a ser un “mandado”. Es el presidente y Cristina vicepresidente. Él es el poder. Fernández es astuto, se comió al peronismo y los obligó a todos a trabajar por él. Él manda y mandará; así lo veo, lo siento. Cuando se aproxima la pelea de animales cazadores uno siente el olor a muerte, a incendio dantesco, a nubarrones arriba en la montaña.
Regresó Cristina al poder, venció a su enemigo: Macri: ahora ¿quién será su enemigo? (O)