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El Telégrafo
Mariana Velasco

Falsas promesas

16 de agosto de 2023

‘’La democracia no es silencio, es la claridad con la cual se expresan problemas para resolverlos’’, se lee en una de las paredes de la capital de los ecuatorianos. Qué lejos estamos de ello y el debate de los presidenciables, lo evidenció. Queda claro que, la noche del domingo con el debate, inició la recta final hacia el proceso electoral del 20 de agosto con la participación de siete de los ocho candidatos a la presidencia de la República.

El CNE aún no autoriza al reemplazo del candidato asesinado. La silla vacía, ese espacio hueco, desgarró el corazón de millones de ecuatorianos porque saben a quién le pertenecía.

El Comité de Debates se equivocó una vez más con el formato, en la extensión de las preguntas y en una metodología muy enredada para desarrollar los cinco ejes temáticos. En la historia democrática del país, pocas veces un debate -el de los siete no fue- inclinó la balanza a favor de tal o cual candidato, salvo un par de excepciones.

Cataratas de promesas sin fundamento donde prometieron recursos económicos para salvar al país. Suena fácil y sencillo. Si el candidato tuviese los pies sobre la tierra entendería que tendrá una limitación quien ocupe el solio presidencial. El nuevo gobierno debe actuar con el mismo presupuesto que definió Guillermo Lasso para el 2023. Cabe recordar del riesgo país que superó los 2.000 puntos en los últimos días, lo que dificulta el acceso a créditos externos en buenas condiciones. ¿Sabían y no lo quisieron decir o lo desconocían?

Este superó la confusión, la bronca y el odio acumulados. Al inicio estuvieron perdidos, faltó ritmo a más de uno, incapacidad para comunicar, la sorpresa de la noche lo puso el más joven, otro totalmente monotemático, a otro al parecer se le cayó el golpe de gracia que tuvo en su primera postulación, hubo también parlante vacío, mientras la chispa del ecuatoriano se refleja en los memes que a la invitación a jugar volley, lo elevaron a tendencia. 

Perdió el país y los millones de electores al no tener propuestas claras porque los candidatos se enfocaron más en repetir slogans de campaña como si fueran hechos en moldes del mercadeo. Probablemente el porcentaje alto de votantes indecisos y el pueblo, quedaron más preocupados que antes al no existir por parte de los candidatos propuestas concretas, factibles y sostenibles que al escuchar, les permita decidir este próximo domingo.

Tras lo ocurrido la semana pasada, el tablero político debe haberse sacudido, de allí las reacciones de ciertos candidatos que, confundidos o con viveza criolla, acudieron a fórmulas demagógicas y populistas para evitar explicar el cómo sus propuestas harán realidad en un año y medio de gestión, con la inseguridad en su máxima expresión, crisis económica y fenómeno de El Niño.

Estamos claros que la mayor preocupación para los ecuatorianos es la inseguridad y por ello hay que construir y ahondar en democracia, abrir espacios de opinión, escucharnos sobre los problemas actuales y los que dejamos a nuestra descendencia, ejercer el periodismo, desenmascarar todo el sistema corrupto que impera en la nación desde décadas atrás. Corresponde a la clase política, partidos políticos, sociedad civil y periodismo, denunciar, escribir y servir a la gente sin sentir que somos carne de cañón. 

Mataron a un soñador que luchó de cuerpo entero y sin chaleco antibalas para denunciar los actos de corrupción del poder público. Fue valiente al soportar la persecución desde el poder que le hizo fuerte para sobrellevar el odio de sus detractores. Para miles de sus electores, simpatizantes, amigos, colegas y ecuatorianos, se llevó la esperanza del cambio. Su partida deja más dudas que certezas ante las amenazas y peligros a partir del 2007.

En el país de la impunidad lo que define una democracia, a la hora de escoger autoridades, es la calidad ética y moral de su gente. En estos momentos que vive la Patria, hay que empuñar coherencia, razón y paz.

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