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El Telégrafo
Fredy Lobato

La falsa realidad virtual (II)

18 de julio de 2020

Ecuador ha visto forjadas campañas permanentes de tendencias generadas en redes sociales, cuyo origen no es una acción o protesta civil espontánea. Estos días, el colega activista Jorge Fernández –@viniceo–, evidenciaba con un trino algo indignante: “No hay medicina en el IESS pero los troll centers siguen bien pagados y activos. Maldito pueblo” [sic]. ¿Qué gasolina alimenta ese ‘troleo’?

La investigación que arrojó Facebook hace una semana para desactivar cientos de cuentas correístas que se daban likes entre sí; implicaba compartir sus propios contenidos, comentarios insultantes, retuits de cuentas bot. Es un mecanismo que reflejaría que las campañas políticas o de incidencia son y han sido solo el reflejo de una realidad inventada. Las peligrosísimas fake news o falsa realidad virtual.

Es también la realidad extendida de las (¿antiguas?) campañas de relaciones públicas para “mejorar la imagen” de personajes, empresas, instituciones y gobiernos. Pero a diferencia de éstas, no necesitan per se de medios convencionales, pero sí bastante dinero para amplificar mentiras, generar una falsa opinión pública con un ejército enorme de cuentas robot y una pequeña base social convencida, pero activa en redes.

El reciente caso que “desnudó” a Roberto Wolhgemut, cabecilla del ejército de “guerreros digitales”, plantea muchas interrogantes sobre el origen del dinero que financia estas actividades; que no es precisamente producto de un servicio (¿o sí?) comercial. Mucho de eso (no sabemos cuánto en porcentaje), son fondos públicos camuflados en contratos publicitarios o de servicios que el Estado paga, pero desvía a estos propósitos y en muchos casos con sobreprecio.

Lo vimos en octubre pasado con el levantamiento indígena que encubrió casi a la perfección el golpismo correísta. Lo hemos visto en la pandemia que generó miedos, caos y hasta el montaje de fallidos redentores políticos, algunos nacidos del correísmo; en base a noticias grandilocuentes, memes que incluían banda presidencial del ‘ungido’ o salvador; pero al rato cayó, gracias a las denuncias periodísticas –los sin “pauta”– por la consabida corrupción, también estilo correísta. (O)

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