Benito Juárez, en México, hace muchos años fue el primer presidente indígena de nuestro continente. Evo, de origen aymara, es el primer presidente indígena de Bolivia y de la región andina. Evo ha tenido el acierto de proponer discusiones de importancia global, como la legalización de la planta de coca –no de la cocaína– y la promoción de los derechos de la naturaleza.
Evo tiene una trayectoria sindical y con asidero en los movimientos sociales. Eso explica lo singular del proceso boliviano. Cuenta con el Movimiento hacia el Socialismo (MAS) y una estructura social que lo sostiene. El Gobierno ha sido capaz de lograr una mayor apropiación de la renta extractiva a favor del Estado y distribuir a los pobres. En el recién publicado libro “¡Ahora es cuándo carajo! Del asalto a la transformación del Estado en Bolivia” (El Viejo Topo, 2011), Íñigo Errejón y Alfredo Serrano reseñan los logros políticos y de gestión pública. En Bolivia, al igual que en Venezuela y Ecuador, se escribió una nueva Constitución, aunque en el país del altiplano andino esta tarea fue mucho más complicada y tormentosa.
En la rica Tarija, las élites económicas despotrican contra las políticas del “indio” Morales. Esta clase pudiente se ufana del buen vino que produce la zona y de vivir en una de las zonas con mayores riquezas hidrocarburíferas de la región. Esto, a su parecer, sería razón suficiente para ser autónomos. Evo, pese a la oposición de las élites de la “Media luna” (compuesta por los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija), fue reelecto con un resultado abrumador en 2009.
En Bolivia se mantiene la tensión por las estrategias empleadas en la explotación y exportación de los recursos naturales. El detonante fue el anuncio de la construcción de una carretera en el Tipnis (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure). La presión social obligó a Evo a suspender la obra.
A todo esto se añade la dimisión de Pablo Solón hace unos meses como embajador en Naciones Unidas. El ex embajador, que tuvo un rol protagónico en las negociaciones sobre cambio climático en Cancún, en diciembre de 2010, señaló: “No se puede hablar de defensa de la Madre Tierra y al mismo tiempo promover la construcción de una carretera que no respeta los derechos indígenas”.
Muchos queremos que Evo Morales sea un líder del Sur en cuestiones de cambio climático y de defensa de la Tierra, y que a lo interno no permita la política de depredación ambiental impuesta por los bandeirantes paulistas y ciertas compañías “empreiteiras” brasileñas. Evo tiene que lograr la simbiosis entre la opción preferencial por los pobres y la defensa irrestricta de los derechos de la naturaleza.