La semana pasada llegaron las primeras 8000 vacunas contra la covid-19 al Ecuador, para 4000 personas (dado que la vacuna de Pfizer demanda la aplicación de dos dosis); básicamente para el personal de salud que “se fajó” atendiendo desde la primera línea contra el coronavirus.
Desde antes de que esta vacuna arribe al país, se dijo mucho por parte del aparato estatal (incluyendo el anuncio que hizo el primer mandatario Lenín Moreno respecto a tener en suelo ecuatoriano las primeras vacunas el 18 de enero; y que, posteriormente, una dama ecuatoriana públicamente expresó que no conocía quién fijó ese día). A mi juicio, creo que, si bien se ha tenido en mente la estrategia de comunicar adecuadamente a la ciudadanía, las tácticas no han sido adecuadamente seleccionadas: falta de conexión en varios funcionarios del Ejecutivo (quizá seducidos por el ego no regulado), lo que produce una falta de armonía comunicacional gubernamental ergo desconexión poca empatía e inquietud ciudadana.
A lo dicho se añade la denuncia recientemente hecha en redes sociales: el caso de la ciudadana Karina Añazco Campoverde, quien siendo ajena al grupo humano destinatario de la vacuna (ya que ejercía en el IESS HCAM como responsable del área de comunicación), logró que se le suministre este insumo médico. Horas más tarde, el presidente del IESS públicamente informó que se dispuso la separación laboral de la referida ciudadana. Oportuno indicar: hay que investigar en el HCAM, y en toda la red IESS para así evitar que se susciten otros casos similares.
Pero, vamos a lo de fondo. Punto 1: se creó un Comité de Transparencia. Hasta el momento que se transcriben estas líneas no conozco pronunciamiento alguno del mencionado grupo. Opinión: El propósito de tal, a la luz de su nombre, era que brinden acompañamiento y que erradicar se den picardías. Creo que no han cumplido su misión y es imprescindible que sean reemplazados; de paso, innecesario haber incluido a profesionales ajenos al ámbito de salud o científico. Punto 2: a la luz de varios epidemiólogos, es ideal que a la ciudadana Añazco se le suministre la segunda dosis, ya que de no hacerlo se crearía resistencia; creo que hay que privilegiar la vida por sobre la falta. Punto 3: presidente Moreno, estimo es clamor el contar con un “sistemita web” donde se visualice datos (nombres, apellidos, y cargo) de quienes se han vacunado, y que esté disponible para la ciudadanía. Es más, me auto mociono a hacerlo ad-honorem.